jueves, 19 de mayo de 2011

DE LOCOS

Me comienzan a invadir las sospechas, intuyo que hay algo raro detrás de todo esto.

Las consonantes se niegan a alinearse sobre el renglón y se amontonan al pie de la página, espantadas. Apenas tres o cuatro mayúsculas se han achicado tanto que parecen subíndices, y ni hablar de las vocales, corriendo de aquí para allá como tontas, salvo las “a” que están en contubernio con las “h” y se la pasan gritando: “aaaaaaaaaahhhhhh”.

Se niegan a formar palabras, oraciones, párrafos y… cuentos. Primero pensé que era un problema sindical. Sin embargo, me dicen, es por el honor.