sábado, 4 de febrero de 2012

MUCHO MÁS QUE NÚMEROS

Uno, dos, tres…
Había decidido contar las gotas que caían del grifo y que se estrellaban sobre el suelo de piedra con el repiqueteo cruel de la indiferencia.
Diez, once, doce…
Si no fuera por el sonido del agua y el sibilino desplazarse de las cucarachas, se hubiera creído muerto, aunque dudaba de si realmente lo estaba, allí abajo la oscuridad le cortaba el rostro con una ceguera sin retornos.
Noventa y nueve, cien… Mil ciento tres, dos mil diez… ¿Tantas gotas habían caído hasta entonces?
Apenas se movía, pues temía perder la cuenta, único propósito que le devolvía la esperanza más allá de los grilletes que aprisionaban sus tobillos. Hasta que exhausto, el sueño le ganó la batalla.
Al cabo de un tiempo impreciso, se despertó horrorizado: había olvidado el último número. Intentó recordar la cifra pero el esfuerzo le resultó vano.

Se enroscó sobre sí mismo, y despojado por completo, esperó la libertad.

54 comentarios:

tecla dijo...

Liliana, impresionante. Me he identificado por completo recordando momentos difíciles en los que me enroqué sobre mí misma en esa espera de la libertad.
Al final abrí los ojos.

Lapislazuli dijo...

Excelente!!
Un abrazo Liliana

Antonio Misas dijo...

La vida es un estadio mental, tan obvio, tan cierto como que la libertad está en contar gotas de agua, y aferrarse a no perder la cuenta hasta alcanzar el mar. El mar se ve lejos en este relato desesperado, pero se ve, cargado de fracciones de esperanza... no existe el amor sin el mar, tampoco la libertad.
Fantástico Liliana, siempre fantástica Liliana.
¡Muchos besos!

Rosa dijo...

Me ha gustado mucho, lástima que fuese tan cortito.
Un besito.

Liliana G. dijo...

Lo que pasa, Tecla, es que todos, de una forma u otra tuvimos que contar gotas para poder mantener la esperanza de sobrevivir, eso es una constante de la vida. El ser humano necesita creer para ser libre...

Me da un gusto muy grande de que te hayas sentido identificada por este micro, cuando pasan estas cosas nos damos cuenta de que el mensaje no fue en vano :)

¡¡Muchas gracias!!

Un abrazo de oso.

Liliana G. dijo...

¡Gracias, Lapislazuli!

Un cariño gigante :)

Liliana G. dijo...

Es cierto, Antonio, hay momentos en que esos estados oscuros, circunstanciales, que nos atan a un grillete metafórico, nos exigen aferrarnos a algo, no importa a qué, pero ese es el resultado de nuestro instinto de supervivencia. Por suerte, la esperanza de ver el mar hace que la libertad no sea una utopía, el amor tampoco…

¡¡Mil gracias, Antonio!! Lo fantástico es que nos identifiquemos tanto a través de nuestros textos.

Pilas de besos.

Liliana G. dijo...

Te cuento, Rosa, que estos relatos son así de cortitos, porque la mayoría de ellos fueron escritos para algún concurso que así lo requería, pero es un gran gusto saber de que te has quedado con ganas de más :)

¡Muchas gracias!

Besotes.

KONCHA MORALES dijo...

Excelente síntesis sobre la esperanza en una determinada meta. Importante no dejarnos nunca vencer por el cansancio o el desaliento.Bonito micro. Me gusta tu blog y me quedo por aquí. Un saludo.

PATSY dijo...

Perder la cuenta y terminar de desesperarnos siempre nos empuja a buscar otras alternativas para salir adelante. ¡Muy bueno, Lili!
Seguís superándote MAESTRA.

Mil besos

Liliana G. dijo...

Hola, Koncha ¡bienvenida a Cuentos!

Me da mucho gusto que compartamos espacios de letras, no hay nada que acerque más que el sentimiento hecho palabra.

Muchas gracias por las tuyas.

Un beso grande.

Liliana G. dijo...

Todo tiene un límite, Patricia, las circunstancias crecen, nos tapan y cuando intentan rebasarnos el instinto de supervivencia nos da las herramientas para volver a encaminarnos...

Gracias por estar siempre cerca :)

Besazos.

Sarco Lange dijo...

Leyéndote tuve un pensamiento que todos nos pasamos la vida contando gotas de una filtración que siempre se mantendrá oculta.

Besos.

Mary dijo...

Cuantas veces perdemos la cuenta y tenemos que volver ha empezar, pero lo importante es poder hacerlo,motivo de que seguimos luchando.

GENIAL COMO SIEMPRE¡¡¡¡

CHUIC ;o)

Juan Romero dijo...

Adornado por grilletes lo único que se puede esperar, efectivamente, es la libertad, lo contrario es renunciar a vivir. Supongo.

Me ha gustado mucho.

Abrazos.

P MPilaR dijo...

¡Y aun todavía contando y recontando gotas de agua no está claro alcanzar 'la gota que colme el vaso'.
Y seguimos, siempre en busca de la pantalla donde se proyecta, no siempre, LIBERTAD!
Me quedo dándole vueltas al tema, por si saco conclusiones.
Magnífica entrada, Liliana
Abrazos

Liliana G. dijo...

Buen punto Sarco, la vida tiene innumerables filtraciones, y como no podemos verlas a todas, siempre termina empapándonos en el momento menos feliz. Será cuestión de ir tapándolas de a poco :)

Muchas gracias.

Besos.

Liliana G. dijo...

Claro, Mary, si no nos aferráramos a esa gota, a esos sueños, los motivos para seguir luchando se desvanecerían junto con nuestra esperanza...

¡Muchas gracias, reina!

Besazos :)

Liliana G. dijo...

Supusiste bien, Juan, la libertad se busca, se sueña y se pelea hasta lograrla. El ser humano nació para ser libre ante sí mismo y ante sus semejantes.

Muchas gracias.

Un fuerte abrazo.

Liliana G. dijo...

Yo creo que ya las has sacado, Pili. Es tan relativa esa gota que debiera colmar el vaso, que seguramente para unos será la única y para otros serán muchas más.
Me encanta que podamos reflexionar juntas :)

¡Gracias!

Besotes.

apm dijo...

Que magnifico relato Lili, es impactante, realmente impactante... pero es que es así la vida misma, pienso: siempre hay que aferrarse a algo, fíjamente, férreamente, sea cual sea la situación en la que estés... y esperar siempre lo máximo, cómo este prisionero la libertad.

Mil besitos gordotes

Cinarizina dijo...

Hola Liliana...impresionante microrrelato...admiro tu capacida creativa y la precisión, en pocas palabras logras transmitir siempre, grandes emociones. Pude imaginar la angustia de ese reo y todo su entorno. Te felicito con un fuerte abrazo.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Excelente el micro, Liliana.
Transmite esa situación casi animal en que a veces nos encontramos: presos de unas coordenadas que nos privan de libertad y no nos dejan ver claro. Entiendo tu cuento como una metáfora que alude a esta situación penosa. Menos mal que el instinto vela y nos mantiene activos, con poco radio de acción, sí, pero vivos a la espera de que vuelva la libertad y el sol brille nuevo.
Un placer leerte.
Ub abrazo.

Charly T. dijo...

A mi juicio, el cuento admite dos lecturas: una literal y otra figurada. Ambas de una riqueza exquisita respecto del mensaje que es único y claro.
Hay veces en la vida que el madero que nos salva de hundirnos adquiere la dimensión de lo fabuloso, así sea una gota o una astilla.
Cada cuento tuyo, Lili, avanza implacable hacia la excelencia. Sería maravilloso que pudieras editar un libro con estos textos, creo que se lo merecen.
Felicitaciones!!!

Besos

Liliana G. dijo...

Sí, apm, unos eligen aferrarse a una religión, otros a su familia, algunos a sus sueños... no importa a qué nos aferremos sino que nos aferremos para poner seguir a flote.

¡Gracias, de todo corazón!

Un beso enorme.

Liliana G. dijo...

Mil gracias, Cina, tu emoción es la mía, saber de que un texto mío llega y hace reflexionar es un acicate para continuar en la misma línea.

Un beso grande :)

Liliana G. dijo...

Has entendido de maravillas, Isa, como no podía ser de otra manera, el cuento es una metáfora que alude a esos estados de angustia que nos sumergen en situaciones que se nos antojan sin salida. Por fortuna, esa angustia se contrarresta con nuestro instinto de supervivencia y da a luz soluciones que en calma nunca hubiéramos alcanzado.

Muchas gracias, querida amiga.

Besos.

Liliana G. dijo...

Es cierto, Charly, el cuento admite una versión literal y otra figurada, pero dentro de estas, otras múltiples interpretaciones según el lector que lo recorra con sus ojos críticos.

Muchas gracias por tu permanente aliento.

Besos y cariños.

Chogüi dijo...

Cuando nos sentimos prisioneros de alguna situación en la vida, buscamos desesperadamente alguna salida por sencilla que parezca para alejarnos de la angustia o la ansiedad, y nos aferramos a ella como único paliativo cuando no queda mas que resignarnos y esperar lo que venga.

Un dramático relato que condensa en pocas frases la lucha que muchas veces sostenemos en la vida ante situaciones que parecen no tener solución, solo esperar.

Abrazos estimada Liliana G.

ZEDIECK dijo...

¡Fantástico! La escena se ve y se siente, oprime, angustia, libera.
Un descripción excelente.
Besos

stella dijo...

Impresionante, me ha mantnenido en tensión y terminas con final no esperado
Un abrazo
Stella

MariCarmenblogs.com dijo...

Un dramatico relato que nos recuerda la tortura de la gota de agua.
Diferente pero desgarrador y muy elocuente.

Un abrazo, apreciada Liliana con mi admiracion y respeto.

Liliana G. dijo...

Así es, Chogüi, el instinto de supervivencia nos da soluciones que ni se nos hubieran ocurrido en instancias normales, gracias a eso reinventamos nuevos caminos.

Muchas gracias por reflexionar conmigo.

Un fuerte abrazo.

Liliana G. dijo...

Mil gracias, ZEDIECK, lo fantástico para mí, es saber que pude llegar a tus sentimientos.

Un cariño inmneso.

Liliana G. dijo...

Qué bueno que este pequeño cuento haya mantenido atenta tu lectura, Stella, ese es un gran cumplido.

¡Gracias!

Otro abrazo grande.

Liliana G. dijo...

Es verdad, MariCarmen, quise acercar esa tortura (en sentido figurado) para compararla con la que a veces sentimos ante la impotencia de no poder remontar una situación. Pero la esperanza nunca cede, ella es la que marca nuevos caminos.

Muchas gracias, querida amiga.

Besos y cariños.

Linus dijo...

Instinto has dicho, y es eso lo que anima al hombre a buscar la libertad a cualquier precio.
Muy buen cuento, excelente. Tienes una gran lucidez para equiparar la metáfora con la realidad. ¡Enhorabuena!
Besos bajo cero.
(Escuché que por allí tenéis un verano tórrido)

Liliana G. dijo...

La realidad hace de la metáfora un punto de referencia, siempre que se lea entre líneas la realidad estará presente de una u otra forma.

Sí, has escuchado bien, Linus, en Buenos Aires, hemos llegado a 41 grados de calor, cosa que no es habitual, sin contar con que en el norte de Argentina han pasado por el asador ¡casi 50 grados!

Gracias :)
Un beso grande y bien cálido.

Maria Eugenia Aurensanz - Spiral Áurea dijo...

Hola Liliana

Cuánto dices con tan pocas palabras. Me ha encantado.

Tu relato se puede aplicar a todos los aspectos de la vida, a la libertad, a la espera, a la paciencia, a la forma de avanzar y aprender, sin perder el rumbo, encontrando un ancla, un punto en el de agarrarse y luchar por uno.

Estupenda entrada.

Besotes.

Marymar dijo...

¡¡Muy bueno Liliana!! Coincido con María Eugenia, este cuento es aplicable a múltiples situaciones. Tu maestría es sorprendente. Felicitaciones.

Feliz finde. Besos.

David Cotos dijo...

Inesperado final.

Pd: Muchas gracias por tu visita al Blog.

julia rubiera dijo...

miles de gracias querida y admirada poetisa por regalarnos la suprema belleza de tus letras, miles de besinos con todo mi cariño y admiración.

Rodolfo de Jesús Cuevas dijo...

Mis saludos, Lili querida:
Fantástico y, por qué no, fenomenal microrelato éste... en él se nos sintetiza lo cruel que, en ocasiones, nos puede resultar la esperanzada espera de lo único que realmente importa: la libertad del ser...
¿Quién, y cuántas veces, no se ha visto en esta difícil situación, en la que, como en engorrosa estrategia ajedrecística, sólo nos queda enroscarnos?
Besos y abrazos muuuy tiernos y que, siempre siempre, poseas salud junto a muy agradables días, estimada hermana y amiga Lili.

Roberto dijo...

secillamente maravilloso
Roberto

Liliana G. dijo...

Es verdad, María Eugenia, el cuento aplica a múltiples circunstancias de la vida, a todas aquellas en que necesitamos aferrarnos a algo para no hundirnos. La esperanza es la mejor ancla que tiene el hombre...

Muchas gracias, querida amiga.

Besos.

Liliana G. dijo...

Lo más probable es que no sea maestría, Marymar, sino experiencia. En Argentina tenemos un dicho (seguramente en tu país hermano también) que dice "el diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo" :)

¡Gracias!

Besotes y buen comienzo de semana.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias a vos, David, tu premio merecía mi presencia y admiración.

Besos.

Liliana G. dijo...

Mil gracias, querida Ozna, siempre es encantador encontrarse con el derroche de tu cariño :)

Un beso muy grande.

Liliana G. dijo...

Así es, Rodolfo, ¿quién no se ha visto superado por las circunstancias y no se ha aferrado a lo único tangible que tenía al alcance de sus manos? Es un gran halago saber que el cuento te ha llegado, nadie mejor que vos, mi querido hermano, para hablar de la libertad con conocimiento de causa.

Muchísimas gracias, de todo corazón.

Un beso enorme y todo mi cariño.

Liliana G. dijo...

La sencillez de unas pocas palabras se ve adornada por la grandeza de su significado.

Gracias, Roberto, y bienvenido a Cuentos.

Un abrazo.

Kiki Nikon dijo...

Impactante cuento, con un trasfondo que nos hace pensar que somos tan vulnerables que a veces nuestros instintos primitivos nos dicta la salida.
Excelente, Lili!!
Besos.

Liliana G. dijo...

Creo que justamente esa es la interpretación adecuada, Kiki, el instinto de supevivencia nos precede en la búsqueda de nuestra libertad.

¡Muchas gracias!

Cariños.

Juan Sin Nombre dijo...

Sobrecogedor cuento, Lili, me mantuvo en vilo hasta el final sorpresivo. Muy buen argumento figurativo para exponer una realidad acuciante. Me pareció excelente.
Un beso.

Liliana G. dijo...

Esas son las herramientas que nos da la literatura, Juan, con ellas podemos amoldar situaciones a nuestro antojo dándoles la forma que nos parezca adecuada.

Muchas gracias, querido amigo.