sábado, 26 de mayo de 2012

LA ÚLTIMA LÁGRIMA

Cuando su propio caso le nubló la objetividad, Edith se excusó ante el auditorio, y abandonó la conferencia sobre los Derechos del Niño. Imposible no recordar cuando una orden de desahucio la dejó en la calle junto a Martín, su pequeño de dos años. De nada habían servido sus súplicas, ni las promesas de su ex marido de abandonar las apuestas, esas que se habían devorado todos los ahorros y la vida misma. Luchó como una leona para salir adelante, hizo de su esfuerzo una doctrina y finalmente logró levantar cabeza. Recordó la primera vez que Martín, aferrado a su pato de goma, durmió abrazado a ella en un banco de la Plaza Mayor. La lágrima furtiva no se hizo esperar, pero por fortuna sólo le quedaba esa, la última. La flamante abogada volvió a entrar en la sala de conferencias, y entre aplausos, continuó su disertación.