sábado, 4 de octubre de 2014

SOBRE LA NUCA




 

La escarcha cubría todas las superficies en aquella madrugada de invierno. En la calle no había ni un alma, salvo los semáforos que perdían el tiempo haciéndole guiños a nadie, y la estatua de la plaza, nívea de mármol y de hielo, manchada con la suciedad de generaciones de palomas que no respetaban ni a los ilustres. Pero ella no tenía alma. Un poco más allá, el túnel que unía el centro de la ciudad con los suburbios, se abría como una boca amenazante apenas iluminada por un farol de morondanga, tan miserable que ni siquiera inspiraba un tango.
Uno de los policías bajó, receloso, del patrullero para estirar las piernas, la guardia nocturna era la peor. Le pareció escuchar un ruido. En aquel silencio los ecos se hacían gritos. Miró hacia la esquina, nada. Barrió con la mirada hasta la subida del puente, nada. Sintió el escalofrío del peligro y tuvo miedo. No era para menos, los fantasmas de sus muertos jamás dormían.

34 comentarios:

Unknown dijo...

Um texto quase poético no descrever da cidade gelada e vazia.
Depois surge do nada o polícia que se estica no silêncio da noite e se confronta com tanto silêncio.
Os mortos e as suas recordações.

amatista dijo...

Gracias estimada amiga,muy interesante tu entrada,saludos,AMATISTA

Liliana G. dijo...

Así es Luis, este texto es una crítica a los policías de "gatillo fácil",es decir, a los que matan y luego preguntan... estos son los fantasmas que llevarán siempre en la conciencia.

Gracias por tu comentario.
Abrazos.

Liliana G. dijo...

Gracias a vos, querida Amatista, por pasar por este rinconcito y dejar tus huellas.

Besos.

Esteban dijo...

Se siente el escalofrío, Liliana. Y el miedo entra como la humedad del aire por cada poro, hasta el tuétano de los huesos. Excelente relato, querida amiga. "No la hagas y no la temas".
Un fuerte abrazo.

Marcos dijo...

Este cuento es impactante en su acepción más propia, por lo menos para la situación que estamos viviendo en el país. Cuando "la ley" es la ley de la selva, no se sabe quién es quien.

Estupenda estampa crítica, Liliana.

Besos.

tecla dijo...

No me extraña que tuviera miedo el policía, si es cierto que llevaba muertos a sus espaldas.
Pero si no los hubiera llevado él los hubieran llevado otros.
El hombre es un lobo para el hombre.

Cómo me alegro, Liliana, de que estés aquí y poder comentarte.
Un abrazo muy grande.

Liliana G. dijo...

Excelente refrán, Esteban, nada más cierto, aquellos que han cometido alguna tropelía viven pendientes de sus propios fantasmas.
Gracias, querido amigo.

Otro abrazo grande para vos.

Liliana G. dijo...

Gracias, Marcos, "a buen entendedor, pocas palabras". Por desgracia estamos "acostumbrándonos" a la inmoralidad de ciertas instituciones...

Besos, querido amigo.

Liliana G. dijo...

Hola, Tecla!! Es verdad, por estos lares (y por muchos otros) desgraciadamente hay autoridades corruptas de denigran su autoridad y meten dudas sobre otros que no lo merecen. Para colmo, estos "lobos", ni siquiera tienen puesta su piel de oveja"...

Yo también, querida Tecla, estoy encantada de volver a estar entre mis amigos.

¡¡Gracias!!

Un cariño inmenso.

PATSY dijo...

Me dije, hace rato que no visito a Lili, así que aquí estoy para disfrutar de un cuento que nos hace mirar a los costados y detrás nuestro. Cuando la verdad se convierte en cuento, generalmente se transforma en mito.

Besos genia. Tkm

Liliana G. dijo...

No se me había ocurrido, te doy el crédito que avala tu última y estupenda frase.
Sí, no te olvides nunca de dejar tus huellas, se notaría tu ausencia.

Besos, amiga del alma.

PEPE LASALA dijo...

No sé qué me ha ocurrido en el comentario anterior pero creo que lo he borrado, perdón. Dicen que a quienes hay que tener miedo es a los vivos, aunque los muertos también lo dan, es inevitable. Muy buen relato Liliana. Un fuerte abrazo y buen fin de semana amiga.
@PepeLasala

Marymar dijo...

Puff, qué ansiedad produce este cuento Liliana, nuestros miedos están condicionados por nuestros actos, no hay dudas.
Fantástico!!!!!


Un beso grande

Anónimo dijo...

Hola Liliana.
Lo pintas oscuro y tenebroso, los del otro lado ya descansan y los de aquí...son el peligro, muy bonita la imagen.
Un abrazo
Ambar

Lucas Pagani dijo...

Tremendo cuento, bien logrado el escenario y el ambiente opresivo del momento. La culpa siempre sobresalta.
Abrazo.

Lucas

Recomenzar dijo...

me has deleitado barriendo mi alma a lo mejor.... cuando te leo...

Linus dijo...

Hasta tu prosa tiene poesía, Liliana. Sé de lo que hablas, amiga, y creo que es magnífico que se escriba tan bien y que además se denuncien los actos corruptos.

Feliz fin de semana.

Abrazos.

Liliana G. dijo...

A mí me ha pasado lo mismo con varios cometarios que quise dejar en otros blogs. Seguramente debe ser un problema de Google, Pepe, no te preocupes.
Sí, es cierto, hay que temerles a los vivos y no a los muertos. El problema está cuando los vivos están atormentados por sus actos...

Gracias, querido Pepe.

Un beso grande.

Liliana G. dijo...

Comparto tu opinión, Marymar. Habría que preguntarse cuáles fueron los actos de ese policía que ve fantasmas donde no lo hay...

Gracias, querida amiga.

Cariños.

Liliana G. dijo...

No dudo que los de aquí son un peligro, AMBAR, pero los otros no están en paz si con ellos han cometido alguna tropelía.

Besos, amiga.

Liliana G. dijo...

Hola, Lucas, bienvenido a Cuentos a la luz de la luna. No sé si serás argentino, pero este cuento se refiere a los casos de "gatilo fácil", es decir, a los policías que disparan primero y preguntan después.


Gracias por tu visita. Abrazos.

Liliana G. dijo...

Gracias, Mucha, es un gusto encontrarte por estos lares.

Un abrazo de oso.

Liliana G. dijo...

A buen entendedor, pocas palabras, decimos por aquí, veo, querido Linus que has sabido interpretar el cuento.

¡Gracias!

Un gran cariño.

Lapislazuli dijo...

En la inseguridad que nos aceha, hasta la policia queda innmersa
abrazo

Unknown dijo...

Recuerdos que asustan
Saludos

Unknown dijo...

Hola Liliana, gracias a que una de tus seguidoras, Las viudas de David, se ha hecho recientemente también seguidora de mi blog: http://elvahoenlosespejos.blogspot.com.es/ ,te he descubierto. Así que he decidido quedarme para seguir tu maestría literaria. Me emociona y admira tu buen hacer poético y narrativo. Enhorabuena.
Un afectuoso saludo.

//elojodelhuracan// dijo...

Una realidad que todos conocemos pero que pocos se animan a destapar: "el gatillo fácil" y sus nefastas consecuencias, aquí descrito con arte del mejor.

Abrazos, querida Lili.

Liliana G. dijo...

Exacto, Lapislazuli, a eso me refería...

Muchos cariños, amiga.

Liliana G. dijo...

Sin duda alguna, las viudas de David.
¡Bienvenida a Cuentos!

Abrazo

Liliana G. dijo...

Muchas gracias, María José, es un gusto que estés aquí y que compartamos nuestras letras, ya pasaré por tu blog.

Un fuerte abrazo.

Liliana G. dijo...

Hola Jorge!! Gracias por estar siempre cerca de mis letras y de mi corazón.

Besos, querido amigo.

Dyhego dijo...

Para ponérsele a unos los pelos de punta, Liliana.
Salu2 sin miedos.

Liliana G. dijo...

Es que es así, Dyhego, cuando la conciencia traiciona, por algo lo hace.

Gracias por leerme. Un fuerte abrazo.