domingo, 21 de noviembre de 2010

CONSULTA DE EDIPO – UN CUENTO DE SALVADOR ROBLES

Se llamaba Sigmundo, y era el psicoanalista más solicitado y, por lo tanto, el más caro del país. Sabedor de que las circunstancias favorables hay que aprovecharlas cuando se presentan, Sigmundo prolongaba su jornada laboral hasta bien entrada la noche. Trabajaba más de doce horas diarias desde hacía tres años, el tiempo que había necesitado para multiplicar por veinte su fortuna.
Acababa de dar cuenta de la hamburguesa y el gazpacho que le había traído su secretaria del supermercado de la esquina -para no perder tiempo, comía en su propio despacho-, y se disponía a atender al primero de los cinco clientes que había citado en la sesión vespertina, cuando el hijo del psicoanalista, Sigmundo Junior, de catorce años, irrumpió en el despacho.
-¿Qué haces aquí? Ya sabes que no me gusta que me molesten cuando estoy trabajando.
-Y trabajando estás, papá. Tus próximos cuarenta y cinco minutos son míos. Necesito hablar contigo, llevo varias semanas necesitándolo.
-¿Pero qué diablos estás diciendo?
-Tranquilo, papá, he pagado la consulta con el dinero que tenía en la hucha, lo he necesitado todo.

Del libro “Pequeñas palabras”. Ed. Paréntesis

53 comentarios:

Liliana G. dijo...

Queridos amigos, hoy tengo el gusto de traerles un cuento de Salvador Robles, uno de los tantos que me han impactado por la crudeza de la realidad que representa.
Cuando el trabajo y la ambición predominan sobre sus más caros afectos, por más profesional que el hombre sea, es incapaz de ver el daño que causa a los suyos, en este caso a su hijo.
Una situación que llama a la reflexión desde un cuento desarrollado con la maestría a que nos tiene acostumbrados Salvador.

Un cariño para todos.

Charly T. dijo...

Coincido con vos, Lili, el relato es impactante, el final me dejó pensando en los innumerables casos de hijos que viven en la soledad más absoluta dentro del mismo seno de la familia, merced a que sus padres "no tienen tiempo para ellos".
Una crítica social que se siente y que abre un espacio de reflexión sobre las prioridades del ser humano.
Excelente. Leí otros cuentos de Salvador y me dejaron la misma impresión.
Gracias por traerlo, amiga, y gracias al autor por permitirnos este placer.

Besos.

✙Eurice✙ dijo...

Me ha dejado impactada, tengo que coincidri por fuerza con el comentario anterior, no conocía a este autor.
Buena semana!
Besos!

AiRaMeR dijo...

Tienes razón Liliana, un cuento para la reflexión, yo no soy madre, pero en ocasiones estamos tan ocupados que no pensamos en los nuestros...
Es triste que un hijo tenga que pagar para poder hablar con su padre...

//elojodelhuracan// dijo...

Sorprende la fluidez con que se plantea una circunstancia tan lamentable como corriente en estos días. Pocas palabras para decir muchísimo. Un gusto haber podido leerlo. Felicitaciones al autor y un beso para vos, Liliana.

Mar dijo...

A ti te dejo todo mi cariño y un millón de besos, Liliana G.(uapa) y, lo que pienso sobre el cuento, se lo voy a decir a Salvador con tu permiso, ¿de acuerdo?...

Mary dijo...

PUFF,DA QUE PENSAR Y MUCHO...¿LO ESTARE HACIENDO YO BIEN CON MIS HIJOS?...UN FINAL MUY CRUDO.

GRACIAS LILI POR COMPARTIR,GRACIAS SALVADOR POR HACERNOS PENSAR SOBRE ESTOS TEMAS.

¿OS HE DICHO ALGUNA VEZ QUE HACEIS UN GRAN EQUIPO?

UN BESO PARA TODOS.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias a vos, Carlos, por tu lectura y por acercarnos una reflexión, un relato de estas características siempre invita a la participación y se nutre de ella.

Besos.

Liliana G. dijo...

En verdad es difícil no coincidir con la opinión que nos merece el cuento, Eurice, sólo hay que tener la sensibilidad para interpretar lo que se lee y acercarlo a nuestras convicciones sociales.

Aquí mismo, en la columna de la derecha, encontrarás información sobre Salvador Robles.

Muchas gracias y buena semana.
Besos.

Liliana G. dijo...

Quien tiene razónn es Salvador Robles, el autor del relato, Airamer, yo no puedo dejar de coincidir con él efectivamente. Hay veces que estamos tan ocupados en nuestras propias expectativas que relegamos lo verdaderamente importante...

Muchas gracias :)

Un cariño grande.

Liliana G. dijo...

Querido Jorge, la fluidez para desarrollar estos temas tan actuales y tan duros, se basa en la capacidad de observacón de una persona que rinde culto a la vida de la mejor manera: tratando de sembrar conciencia a través del mensaje de sus relatos. Además no podemos olvidar su impecable trayectoria como escritor.

Gracias, querido amigo, Salvador recibirá tus felicitaciones.

Besos.

Liliana G. dijo...

Querida Mar, no necesitás ningún permiso mío para hacerle llegar a Salvador tus impresiones sobre el cuento, faltaría más... Sé que se alegrará sobremanera de que así lo hagas.

Te devuelvo otro millón de besos y mis cariños, dulce :)

Liliana G. dijo...

Mary, yo creo que cada uno de nosotros hacemos lo mejor que podemos y sabemos en cuanto a la crianza de nuestros hijos, también es cierto que cuando nos llaman a la reflexión es bueno que reflexionemos, siempre aprederemos algo más.

Muchas gracias a vos, Mary (sí, ya lo has dicho varias veces :)

Un beso grandote.

Kiki Nikon dijo...

Un cuento estremecedor por donde se mire. Me encantó la forma en que ha sido encarado, el final me parece brillante. Felicitaciones al autor y un beso para vos, Lili. Gracias por compartirlo.

Alís dijo...

Impactante, sí.
A menudo nos equivocamos al elegir nuestras prioridades. Lo malo es cuando por ello pagan los más débiles.

Besos

Liliana G. dijo...

Gracias a vos, Kiki, por dejarnos tus impresiones, cada cuento se nutre de la lectura y cada lectura de los sentimientos que genera.

Un beso.

Liliana G. dijo...

Y lo más desgraciado del asunto, Alís, es que somos nosotros los que hacemos débiles, con nuestra actitud, a quienes nos rodean...

Muchas gracias, amiga.

Besos.

Rodolfo de Jesús Cuevas dijo...

Mis saludos, querida Lili, tanto para ti como para el autor:
Es sumamente impactante esta historia, tejida con las maestría de un artífice que conoce a cabalidad su delicado oficio. Da pena advertir en ella como el dinero prevalece incluso sobre el afecto familiar, algo extraordinariamente notorio en la moderna sociedad y que ocurre con mayor frecuencia de lo que creemos.
Mis abrazos fraternos, hermana Lili, por hoy extensivos también a tu amigo Salvador Robles.

Rosario Ruiz de Almodóvar Rivera dijo...

A veces ponemos en primer lugar el trabajo, el dinero, la vida social, el deporte...
Dejamos de lado lo realmente importante LA FAMÍLIA, gracias Liliana por recordarlo.
Un abrazo fuerte desde mi librillo.

Juan Sin Nombre dijo...

Hay circunstancias que duelen por la crueldad del acto, esta es una de ellas. Tocar un tema de estas características con sensibilidad y maestría, no sólo es un acto de valor sino también un compromiso social.
Felicitaciones a Salvador Robles y un beso a vos, Liliana. Muy buena elección la de traernos este cuento.

MariCarmenblogs.com dijo...

Muy impactante relato, no conocia este autor y te agradezco su presentación, me ha dejado pensando porque expresa una realidad muy elocuente y actual. Mis hijos son más importantes que todo el dinero en el mundo, hoy les escuchare con mayor ternura!

Bendiciones para ti querida Liliana.

Liliana G. dijo...

Hola Rodolfo, es verdad, la prevalencia de los intereses económicos sobre los afectos, no sólo da pena sino que también instaura un sentimiento de impotencia. Muchas veces desde afuera, podemos ver cómo los destinatarios de esa atención frustrada, sufren sin saber de qué forma pueden recuperar un lugar en la vida del otro. Coincido plenamente con vos respecto de la maestría de Salvador, cuando toca un tema, siempre sabe cómo hacerlo.

Muchísimas gracias, querido amigo, de parte de Salvador y mía.

Besos.

Liliana G. dijo...

Así es Rosario, y lo peor de todo es que, o no nos damos cuenta, o nos damos cuenta demasiado tarde, cuando no podemos corregir nuestros errores.

Querida Rosario, es Salvador Robles, el autor del relato, quien no nos permite olvidar las cosas importantes, yo sólo lo comparto con ustedes porque me parece maravilloso.

Muchas gracias.

Otro abrazo para vos :)

Patricia 333 dijo...

Y pensar Lili que esto es una realidad

Un besote muchas gracias por compartirlo

Liliana G. dijo...

El compromiso social se manifiesta en todos los textos de Salvador, de una u otra forma, esa maestría de la cual me hablás es la maestría que da la experiencia en la vida y la mirada siempre atenta sobre lo que en ella acontece.

Gracias Juan, a Salvador Robles le llegará tu felicitación de la misma forma que a mí me llega tu beso :)

Un cariño grande.

Liliana G. dijo...

En verdad este relato es impactante y movilizador, MariCarmen, por eso lo quise traer especialmente, para crear un espacio de reflexión que se ha abierto gracias a ustedes y a su maravilloso aporte.

Para conocer un poquito más sobre el autor, en la columna de la derecha encontrarás información sobre su obra.

Muchas gracias, querida amiga.

Besos.

Liliana G. dijo...

Y qué realidad, Patricia, una realidad que podemos cambiar sólo con la fuerza del ejemplo y la educación.

Compartirlo es un honor, amiga.

Un beso grande.

MAJECARMU dijo...

El cuento acaba con un "golpe tremendo" a la conciencia...!!
¡¡QUÉ MUNDO ESTAMOS CREANDO...!!
El materialismo nos ha llevado a la crisis actual,donde se han perdido los valores humanos y familiares.
Es necesario retornar a los principios clásicos y ponderar la existencia del espíritu para crear y recrear nuestro mundo.
Un cuento impactante,con un mensaje claro y contundente.
Mi felicitación y mi abrazo grande para SALVADOR Y PARA TÍ LILIANA.
M.Jesús

Marcos dijo...

Un cuento extraordinario, un llamado a la reflexión y a la cordura. Poner de manifiesto nuestros peores errores es un signo de inteligencia.
Enhorabuena al autor y un beso enorme para vos, Lili.

Liliana G. dijo...

Es verdad, M. Jesús, y justamente ese "golpe tremendo" es un llamado de atención, es el que nos pone delante la crudeza de una realidad que nos está arrollando sin remedio. Estamos a tiempo de abrir los ojos para ver nuestros actos, esta es una forma de hacerlo, la palabra siempre llega.

Muchísimas gracias, querida amiga. Salvador apreciará con creces tus palabras.

Un beso muy grande.

Liliana G. dijo...

Estoy de acuerdo con vos, Marcos, hemos usado la palabra "reflexión" en casi todos los comentarios y no nos hemos equivocado, por el contrario, creo que tuvimos la oportunidad de reflejar nuestros pensamientos en armonía y coincidencia.
En verdad considero los trabajos de Salvador, tal como son, una parte de la vida, una parte de la sociedad y una muestra de su inteligencia y arte.

Muchas gracias, Marcos.

Un beso enorme.

Madre Pepa dijo...

Haciendo un símil futbolístico, diría que en "Bitácora de vuelo" siempre juego en campo propio. No es un terreno neutral, aquí cuento con el apoyo de la afición, una afición que derrama amor por la literatura. Así es muy fácil para un autor recibir los aplausos del respetable. El entusiasmo es contagioso, y el de Liliana mucho más. Gracias, queridos lectores, por vuestras encomiables palabras. Son un orgullo y un acicate para mí. Prometo perseverar en el maravilloso propósito de superarme a mí mismo. Hasta el próximo cuento.

Liliana G. dijo...

Por supuesto que aquí, en este espacio estás jugando "de local", Salva, este es también tu lugar y el de los maravillosos amigos que nos dedican su tiempo y, como bien has dicho, su entusiasmo.
Estoy encantada de que compartamos un sitio donde se les da a las Letras el lugar que se merecen.
Gracias, amigo mío. Es un honor que estés con nosotros.

Linus dijo...

Es casi imposible agregar algo diferente a los anteriores comentarios. La situación de una sociedad que se dice "moderna", la falta del tiempo necesario para dedicar a la familia, la reflexión y el mensaje, todo en un solo cuento escrito con indudable maestría y buen tino.
Gracias, Liliana por traerlo a tu espacio, y felicitaciones Salvador por tan buen trabajo.

Un fuerte abrazo para los dos.

creaciones un zapatito de cristal dijo...

preciosa pasate po rmi blog el perfume y llevate los obsequios po rmi cumpleaños besitos gaviota

PATSY dijo...

Volver a casa luego de un largo viaje es maravilloso y encontrarse con un cuento como este, también lo es. El final me sacudió como pocos porque pone de manifiesto una realidad que generalmente no vemos porque no queremos, una verdad que duele y que si nos descuidamos la tendremos muy cerca de nuestras narices.
Salvador, felicitaciones una vez más, tus cuentos son geniales. Y a vos Lili también te felicito por haber compartido tu espacio con este gran escritor y amigo.

Un beso para cada uno.

Antonio Misas dijo...

Liliana,

Un buen cuento. Salvador, un Maestro. Él lo ha contado todo, tú lo has dicho todo.

Uno más de la afición.

Abrazos

Liliana G. dijo...

Linus, traer este cuento fue un placer que nos debíamos todos.

Muchas gracias, amigo, le llegarán tus felicitaciones a Salvador, no lo dudes.

Un beso.

Liliana G. dijo...

María, gracias por el premio y ¡muy feliz cumpleaños!

De todo corazón :)

Besotes.

Liliana G. dijo...

Es verdad Patricia, el final nos sacude como sociedad, decir las cosas por su nombre puede doler, pero es la única forma de subsanar errores.

Compartir este espacio con Salvador es compartir con todos ustedes una parte importante de la literatura.

Gracias, querida amiga.

Besos.

Liliana G. dijo...

Me olvidaba...

¡BIENVENIDAAAAAAA!

Buenos Aires no era la misma sin vos :))

Liliana G. dijo...

De verdad, Antonio, que Salvador es un maestro, sus cuentos nos dejan siempre un mensaje entre líneas, algo para reflexionar, algo que nos moviliza, que nos sacude.
Yo sólo digo lo que siento :)

¡Gracias!

Un beso grandote.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Liliana:

Son las cosas que nos pasan por estar pensando solamente en atesorar riquezas.

Abrazos.

esteban lob dijo...

Buenos días Liliana:

No recuerdo quién dijo "si lo bueno es breve...es doblemente bueno".

Coincido:
Impactante.

Un beso por sobre la cordillera.

Un beso.

Liliana G. dijo...

Y no nos damos cuenta de que las verdaderas riquezas las tenemos al alcance de nuestras manos y son los sentimientos que dejamos pasar de largo.
El autor supo plasmar estupendamente esta circunstancia.

Muchas gracias, Rafael.

Cariños.

Liliana G. dijo...

La frase completa es esta, Esteban:

"Lo bueno, si breve, dos veces bueno; lo malo, si poco, no tan malo." Baltasar Gracián.

Pero te confieso que lo busqué en Google :)

El caso es que tenés razón, Salvador Robles sabe muy bien hacer honor a este dicho.

Muchas gracias, querido amigo.

Otro beso trasandino.

Liliana G. dijo...

Bienvenida, Charo, pasaré a leerte.

Gracias por tu visita.

Un cariño.

creaciones un zapatito de cristal dijo...

la vida nos ocupa demasiado pero en si en que debemos ocuparla y no lo hacemos tal vez mañana sea tarde para hacerlo besitos gaviota

Liliana G. dijo...

En realidad somos nosotros que ocupamos nuestra vida demasiado tiempo sin saber que nuestras prioridades son nuestros afectos. Es cierto, mañana será tarde...

Gracias por estar siempre :)

Besos.

**Andrea** dijo...

Después de leer este relato es casi imposible no pensar que tal vez estamos haciendo también otras cosas mal, que quizá dejamos pasar cosas tan importantes como estas.
¡Qué cuento!
Felicitaciones a Salvador Robles por su impecable trabajo, y gracias a vos, querida Liliana, por compartirlo.

Besos

Liliana G. dijo...

Quizás sea cuestión de pensar antes de hacer, cuando la razón prima sobre los impulsos, las cosas no pueden salir mal...
Coincido en que el trabajo de Salvador es impecable, por eso es siempre un invitado de lujo.

Muchas gracias, Andrea, de parte de Salvador y mías también.

Besos.

apm dijo...

!pobre niño!, y es que, estamos en una vorágine tal que no nos damos cuenta de que vivimos en una familia y ésta, como nosotros mismos, tiene sus necesidades... sí, falta comunicación, es archiconocida esta demanda, y lo sabemos, y aún así, no hablamos... !qué triste amasar tanto dinero que no podrás llevarte a la tumba!, seguro que, de seguir así, un día don Segismundo se dará cuenta de que está solo, muy rico pero solo, y que no conoce en absoluto a su propia familia... unos extraños !qué triste!.
Me encantó este cuento de Salvador, muy bueno y reflexivo y, !que quieres que te diga Lili, real como la vida misma!, ya sabes, resulta que la realidad, siempre supera a la ficción...
Oye, y me ha encantao que el prota se llame Segismundo... así que voy a terminar el comentario a lo Calderón... ¿qué es la vida?, un frenesí, ¿que es la vida?, una ilusión, y el mayor bien es pequeño que, toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.

Besotes gordisísimos, Lili.

Liliana G. dijo...

Es verdad, apm, el mundo nos arrolla y nos dejamos arrollar mientras nos dé a cambio, unas míseras monedas, y no serán míseras por la cantidad, que seguramente será elevadísima, sino por la calidad de lo que se pierde por el camino.
Coincido con vos, este cuento es estupendo, Salvador tiene el don de decir las cosas, todas, de una forma brillante y signada por la ética y el buen gusto.

Me encanta Calderón, me encanta. Gracias por estos versos del Maestro :)

Besotes.