miércoles, 14 de marzo de 2012

ESPIRALES DE MEMORIA

La noche fría y brumosa desdibujaba los contornos del muelle y le confería a la escena un halo de nostalgia que se perdía detrás de las sombras y del salitre. A lo lejos, el faro trataba de horadar las tinieblas con su haz de ilusiones vanas, mientras la sirena de un barco pesquero se lamentaba a la distancia.
El viejo era parte del paisaje. Sentado sobre el noray desnudo de sueños, él mismo se amarró a los suyos, no fuera cosa de que el mar le arrancara los últimos, desvaídos recuerdos que albergaba en algún recoveco de su pasado.
Con manos temblorosas encendió su vieja pipa, y junto con el humo, se remontó hacia el cenit de su memoria que había resbalado sin remedio por el varadero del ancla.

64 comentarios:

MariCarmenblogs.com dijo...

En algún momento de nuestras vidas,nos queda es eso el recuerdo de lo vivido, que definitivamente nadie nos lo puede quitar.

Me gusta cuando nos haces pensar, porque luego pense en el mal del Alemán.

Un abrazo querida Liliana.

Mary dijo...

¿ Y quien no se amarra a sus recuerdos? sobre todo en momentos que necesitamos revivir lo pasado para recordar que hay que seguir cultivándolos.

Muy bonito y nostálgico.

Chuic¡¡¡¡¡

Liliana G. dijo...

Así es, MariCarmen, podemos conservar nuestros recuerdos toda la vida, o tener la desgracia de perderlos sin remedio, pero si hemos vivido, esos recuerdos nos seguirán honrando.

Me da mucho gusto que el cuento te arranque una reflexión.

Gracias, querida amiga.

Un beso enorme.

Liliana G. dijo...

Los recuerdos son nuestros cofres de ilusiones, esas que guardamos, como bien lo has dicho, para sacar a la luz en los momentos más difíciles. Todo nos enseña, todo nos nutre y nos confirma que hemos vivido.

¡Muchas gracias, Maryta!

Besotes.

Charly T. dijo...

Cuando la vejez trae aparejada la pérdida de la memoria, el pasado y el presente se enlazan en la incertidumbre del futuro. Pero si aún quedan sueños, la vida adquiere sentido propio.

Este relato tiene alma, una tan grande como la tuya.

Un enorme abrazo, querida Liliana.

Rosa dijo...

Que poderosa es la mente, esa que tan pronto nos puede levantar como sumirnos en la más absoluta tristeza.
Aprovechemos mientras tengamos recuerdos, cuando se pierden, lo habremos perdido todo.
Besitos.

apm dijo...

Es muy expresivo eso de amarrar los recuerdos... mi madre, por la enfermedad que padece va perdiendo recuerdos, a ella le dicen en la terapia ocupacional a la que asiste, que escriba sus recuerdos en un cuadernillo para cuando no pueda recordarlos, poderlos leer... supongo que eso también es amarrarlos, debe ser de lo más triste carecer de recuerdos ¿verdad?

Mil besitos gordotes

Cinarizina dijo...

Hola Liliana...excelente microrrelato, tienes un don muy especial para ello y te felicito con un fuerte abrazo.

ZEDIECK dijo...

Atrapar los sueños cuando se pierde la memoria... excelente concepto Liliana, e impecablemente llevado a la categoría de relato.
Como siempre, para reflexionar.

Un beso

Anónimo dijo...

somos recuerdos,
como somos cuerpo,
como somos alma,
como somos sueños.

un abrazo.

tecla dijo...

Liliana, qué bien escribes. Qué elegancia en las frases, cuanta armonía. Pasar la vista por tus letras se convierte en un arte de la mirada. Me gusta tu riqueza de vocabulario, tu soltura en la expresión la levedad con que compones tus ideas.
Pura gozada.

mj dijo...

Qué hermoso relato Liliana.
Los recuerdos son el tesoro de nuestra vida pasada. A veces cuando abrimos el cofre que los contiene los vemos distorsionados, otras entretejemos historias con ellos y otras, también solemos sufrir y llorar...

Un abrazo enorme

Elda dijo...

Bendita memoria para recordar la historia propia, mi madre perdió sus recuerdos y este bello relato me lo ha recordado.
Te quiero dar las gracias de esta forma:
Liliana, es un autentico honor que una escritora como tú, como he podido comprobar... se pase por mis humildes letras.
Te agradezco infinito, pues mi blog se ha vestido de gala con tu comentario y tu presencia.
Un abrazo.

MAJECARMU dijo...

Mi querida Liliana,todos andamos en los muelles de la vida,tratando a veces,de luchar contra la bruma y la tiebla,que nos borran por un instante los recuerdos...Pero,enseguida encendemos la "pipa"de la imaginación y retornamos a nuestro mundo,donde la fé,la esperanza y el amor nos salvan de nuevo de la noche y sus sirenas...
Te dejo mi felicitación por tu profundidad y maestría,amiga.

Tu valentía,tu lucha y confianza arrancará una sonrisa al universo,que conspirará por tu bien y el bien de los tuyos,amiga.
Te dejo mi abrazo grande,mi ánimo y mi cercanía siempre...Gracias por ser y estar...Te quiero siempre,Liliana.Que Dios te bendiga,amiga.
M.Jesús

Linus dijo...

Al amarrarse a los sueños el hombre se amarra a la vida. Aunque sus recuerdos se fueran resbalando de su memoria, están dentro de él aunque no lo sepa.

Muy emotivo tu micro Liliana, nos acerca a un punto donde todos somos o seremos protagonistas.

Te envío un fuerte abrazo.

Chogüi dijo...

Un escenario idóneo para cabalgar por el sendero de la nostalgia y los recuerdos, que son la constante cuando nos acercamos al final del camino.
Hermoso y nostálgico relato estimada Liliana G.

Abrazos.

Ana dijo...

El ambiente y la atmósfera están soberbiamente reflejados en un texto que, pese a su brevedad, está colmado de añejos recuerdos. Al final, nos espera el pasado, o sea, el presente en el que construimos nuestro futuro. Gracias, Liliana.

Antonio Misas dijo...

Querida Liliana,

No sé si podríamos seguir escribiendo sin memoria, no sé. Lo que sí sé, es que sin salud no tenemos nada que decir. Espero que los problemas “legales” no te estén llevando a sufrir estos graves de salud, porque en ese caso es mejor perder la memoria, perderlo todo, porque la vida es el capitán del barco, lo último. Piensa que todo lo demás es accesorio en comparación con nuestra vida, y si nos cuesta tan caro el pleito… es más sano cambiar el rumbo, naufragar si es necesario, salvar los muebles si se puede, perder hasta la memoria.

Ya sé que es fácil mi discurso desde tan lejos, tan ignorante y tan ajeno a lo que te está pasando, pero cuídate. No importa si no pasas por mi blog, no importa. Yo quiero seguir viendo a verte… Maestra, quiero seguir leyendo en el FUTURO tus cuentos redondos, aunque debas para ello, perder, soltar las cosas que como piedras nos atan, y renunciar a gran parte de la idea que teníamos en la memoria.
Cuídate mucho Liliana,
Un abrazo muy fuerte y un millón de besos amiga.

Ian Welden dijo...

Precioso, emocionante y muy creíble,
Lilliana. Usas el idioma castellano con soltura y precisión.
Me has dejado muy impresionado, muchas gracias.

Un saludo chileno/danés,

Ian-

Liliana G. dijo...

Es verdad, Carlos, mientras el hombre tenga sueños, estos ocuparán el lugar de la memoria y de la esperanza, aunque sea durante un instante, el único tal vez, que tenga el sabor del recuerdo.

¡Muchas gracias!

Besos.

Liliana G. dijo...

Por eso es necesario aprovechar el presente, vivirlo y disfrutarlo, el futuro es tan incierto que no vale la pena arriesgarse a perder lo que tenemos hoy entre las manos.

Gracias, querida Rosa.

Un beso grande.

Liliana G. dijo...

Ese es un buen ejercicio, apm, escribir los recuerdos, amarrarlos a nuestra barca y no dejar que se pierdan aunque estén guardados afuera de nosotros.
Claro que es triste perder los recuerdos, por eso hay que tratar de no perder la esperanza...

Muchísimas gracias, apm.

Un beso enorme.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias, Cina, el tuyo es un halago que me acaricia el alma :)

Un cariñoso y fuerte abrazo.

Liliana G. dijo...

Podemos soñar a cada instante, ZEDIECK, aunque luego no recordemos lo que hemos soñado, pero mientras lo hacemos, estamos viviendo el aquí y el ahora.

Muchas gracias por reflexionar conmigo.

Besos.

Liliana G. dijo...

Así es, Artadi, somos todo eso: recuerdo, cuerpo, alma y sueños... todo tan bello como tus bellos versos. ¿Qué más podemos pedir?

¡Muchas gracias!

Un gran abrazo.

Liliana G. dijo...

La gozada es "escucharte" a vos, Tecla, tanto elogio me acaricia el ego, y creo que de vez en cuando se lo merece ¿a que sí? :)

Muchísimas gracias, querida amiga.

Besazos.

Liliana G. dijo...

Es verdad, mj, en ese cofre se mezclan buenos recuerdos junto a otros que no lo son tanto, pero todos nos pertenecen y constituyen nuestro capital de vida.

¡Muchas gracias!

Un cariño enorme.

Liliana G. dijo...

Querida Elda, si este pequeño relato te acerca a tu realidad, que lo haya hecho, para mí ya representa un triunfo.

Infinitas gracias por tu enorme, desmedido halago, mis letras están de fiesta sólo con que alguien las lea, desde la humildad se sienten grandiosas.

Un beso enorme.

Humberto Dib dijo...

Un viejo y el mar, versión Liliana G.
Me gustó mucho, tiene buen ritmo y lo deja a uno pensando.
Un beso.
HD

Liliana G. dijo...

La imaginación es un don que debemos cultivar siempre, María Jesús, como bien lo has dicho, ella suple algunas carencias y hace más liviano el andar.

Mil gracias, querida amiga, por tus hermosas y cariñosas palabras, sentirte tan cerca es avanzar un paso. Sos un sol :)

Un beso y un abrazo enormes.

Liliana G. dijo...

Nada más cierto, Linus, aunque el hombre no lo sepa, los recuerdos siguen estando dentro de él. Es triste saber que aún así, cuando llegue el momento, nadie disfrutará de ellos, por eso, ahora es el instante preciso para hacerlo...

¡Gracias!

Muchos cariños.

Liliana G. dijo...

Pero como nunca sabremos cuándo será el fin del camino, sigamos cabalgando todas las emociones, aún las nostalgias que son parte de la vida :)

Muchas gracias, Chogüi.

Otro gran abrazo.

Liliana G. dijo...

Recuerdos que marcan la vida y la hacen única, por eso es tan importante ese presente-pasado, esa huella que nos pertenece y que tenemos la obligación personal de dejar grabada...

Gracias, querida Ana, por tan elogiosas palabras, mi mérito, si es que lo tiene, siempre es compartido.

Un cariño inmenso.

Liliana G. dijo...

Querido Antonio:

No hay lucha legal que me amilane, ni injusticias que me quiten el sueño, ya he aprendido la lección del año pasado. Pero como bien has dicho, sin salud no tenemos nada que decir, y a esto sí que me rebelo... ¡yo quiero decir!
Quiero seguir escribiendo, con memoria o sin ella, quiero encontrarte aquí con tu maravillosa crítica, quiero seguir siendo. Sólo necesito que la vida me dé otra oportunidad, prometo no defraudarla.

Mil gracias, Antonio, de todo corazón.

Muchos besos y abrazos.

Liliana G. dijo...

Muchísimas gracias, Ian, es muy grato saber que el cuento te ha despertado emociones, eso me indica de que no he perdido el rumbo.

Un cariño muy grande.

Liliana G. dijo...

Y no quieras enterarte lo que es la versión Liliana G. de Caperucita Roja... :)

Si el cuento da para pensar, ya me siento satifecha, Humberto, quiere decir que dejó algo.

¡Gracias!

Besos.

Rodolfo de Jesús Cuevas dijo...

Mis saludos, apreciada lili:
Me pregunto yo: ¿Qué somos los humanos, todos, sino un universal conjunto de recuerdos? Muy buen relato, en él se no advierte que todos debemos aferrarnos a nuestros más añorados recuerdos o éstos terminarán resbalándose "sin remedio por el varadero del ancla". ¡Ay la memoria! ¡Ay los recuerdos!
Abrazos fuertes, hermana Lili. Muy felices, prósperos y saludables días.

Marymar dijo...

Estupendo cuento para reflexionar sobre una etapa de la vida que nos tocará alguna vez. Es muy conmovedor, el personaje me infunde ternura.

Un beso grande, Lili.

Olga i Carles (http://bellesaharmonia.blogspot.com dijo...

Los recuerdos cuando son verdaderos tienen vida propia.



Un abrazo.

Cinarizina dijo...

Mi querida Liliana, he venido a saludarte y a decirte que te llevo en mi corazón y deseo con todas mis fuerzas que Dios te dé aliento y te sane. No temas ni desmayes, Dios te ama y está contigo. Recibe mi cariño y un gran abrazo. QDTB.

Marcos dijo...

La memoria es tan frágil que se nos gasta con los años y en su levedad nos deja un gusto a nostalgia.
Eso es lo que me transmite tu cuento Lili, estoy seguro de que si no le hubieras puesto imagen, se vería igual. Excelente.

Queridísima amiga, todo mi apoyo y mi fuerza te acompañan.

Un enorme beso.

Liliana G. dijo...

Es verdad, Rodolfo, los recuerdos son la esencia de nuestro pasado, a través de ellos sabemos cómo hemos llegado a este presente, creo que se merecen nuestro inestimable cariño. Pero hay veces que ¡ay! la enfermedad o la vejez nos los borran de un plumazo, esa parte sí que es muy triste...

Muchas gracias, querido hermano.

Un beso enorme.

Liliana G. dijo...

Tu ternura hacia el personaje habla de tu sensibilidad, Marymar. Sí, creo que el personaje se lo merece.

¡Gracias!

Besotes.

Liliana G. dijo...

También lo creo, Olga, pero siempre tiene que haber una persona que los los conserve en la memoria para que no se pierdan...

Gracias, amiga.

Cariños.

Liliana G. dijo...

Muchísimas gracias, Cina, tu apoyo, tu cariño y tus deseos me acompañan y me infunden fuerza.

Un beso muy grande y un abrazo.

Liliana G. dijo...

En la levedad de la memoria también está la vida de hoy, es decir, el futuro de ayer...

¡Gracias, Marcos! Estás siempre cerca.

Un beso.

Alejo Z. dijo...

Con este texto Liliana, encuentro la lucidez necesaria para entender por qué el mar evoca tanto, ese bribón ladrón de sueños que manufactura tantos sentimiento jaja. Espléndido texto.
Un abrazo

Isabel Martínez Barquero dijo...

Una metáfora todo el micro, Liliana. En medio de la tempestad, cuanto todo naufraga, los sueños y los recuerdos nos mantienen a flote.
Un micro encantado, casi prosa poética.
Es un placer leerte, amiga.
Te abrazo con agradecimiento por tus buenas letras.

Juan Sin Nombre dijo...

Bellísimo, Lili, en la forma y en el contenido. Una escena magníficamente lograda que remite al momento en tiempo y lugar. El viejo y su memoria se merecen este tributo.

Te abrazo con el corazón.

¡Fuerza leona! ¡Estamos con vos!

Alimontero dijo...

Hola Liliana, qué tiempo que no sabía de tì y leo los comentarios y al parecer has pasado por momentos difíciles...Dios mediante, te tenga hoy mucho mejor...

Los recuerdos, esos bellos son como el "colchón emocional" que nos sostienen en muchos momentos. Y "los otros" cuando vengan, recordar que solo ahi quedó un aprendizaje para el presente...;-)

Un gran abrazo Liliana!

Ali ♫♪

stella dijo...

Los recuerdos, son una segunda oportunidad de vivir las experiencias, y es que la memoria los inmortaliza haciendolos grandes, me ha gustado Liliana
Un abrazo
Stella

Kasioles dijo...

Los recuerdos son parte de nosotros, a veces hasta nos parecen sueños por lo lejanos que han quedado.
Temo a esa enfermedad que te anula por completo, yo preferiría morir con mis recuerdos.
Te dejo un fuerte abrazo.
kasioles

magdalenacontreras dijo...

Hola amiga: Los recuerdos son parte de nosotros y siempre estarán.
Como somos alma,como somos sueños.
Un gran abrazo.

Liliana G. dijo...

Yo diría que el mar es un pretexto más de la vida para que no nos olvidemos de evocar :)

¡Gracias, Alejo!

Otro abrazo.

Liliana G. dijo...

Es verdad, Isabel, menos mal que con semejante salvavidas, naufragar es casi una utopía.

Muchísimas gracias, por tu calidez y cariño, son un mimo para el alma :)

Un abrazo enorme.

Liliana G. dijo...

Gracias, Juan, tu reconocimiento es el indicador de que he logrado lo que me propuse, por lo menos con este microrrelato, los que vendrán, trataré de hacerles seguir el mismo camino...

Sé que cuento con todos ustedes, por eso mi fuerza se multiplica con el cariño que me prodigan. ¡Gracias nuevamente!

Un beso grande.

Liliana G. dijo...

Así es, Ali, los recuerdos serán siempre el tesoro que nos trajo hasta nuestro presente y el que nos conducirá hacia el futuro con las alforjas repletas de experiencias.

No sólo he pasado un mal momento, querida amiga, sino que lo sigo pasando a raíz de un problema "muy serio" de salud.

Gracias de todo corazón por tu comentario.

Besos y cariños.

Liliana G. dijo...

Y haciéndolos grandes, les rinde el tributo que se merecen.

¡Muchas gracias, Stella!

Un fuerte abrazo :)

Liliana G. dijo...

Eso es verdad, Kasioles, a veces los recuerdos parecen muy lejanos, aunque otras, nos "parece que fue ayer". Esa es la magia de conservar la memoria. Imagino que perderla debe ser lo más parecido al vacío que el ser humano puede aprehender como concepto...

¡Muchas gracias!

Otro abrazo fuerte.

Liliana G. dijo...

Ser alma y sueños... es muy hermoso saber que ellos son el remanso de la memoria, es decir, parte de nosotros.

Muchas gracias, querida Magda.

Un cariño enorme.

Anónimo dijo...

Nos has dibujado un paisaje muy idílico desde tu pluma, gracias :)

Liliana G. dijo...

Gracias a vos, Azurness, por haber visitado este rinconcito.

¡Bienvenida!

Un cariño.

**Andrea** dijo...

Un cuento maravilloso y nostálgico que rescata lo más preciado del ser humano que es la memoria, y se convierte en un bello homenaje hacia aquellos que por desgracia la perdieron.La escena está repleta de ternura. ¡Qué bueno!

Besos.

Liliana G. dijo...

Nadie pierde la memoria porque quiere, es por eso que rendirle homenaje a aquellos que tuvieron esa desdicha, resulta una obligación moral.

Muchas gracias, querida Andrea.

Un beso.