sábado, 26 de marzo de 2011

EL OCASO DE LAS BESTIAS

Caminé como un autómata entre los huesos humanos que yacían desparramados entre escombros y sangre seca. Mi visión se perdía más allá de aquel horizonte sin vida y sin futuro. No era como lo había soñado, ningún sueño que se precie podía desembocar en aquella pesadilla.

No recordaba el principio ni lo recuerdo ahora. El paso de los años no me permitió determinar la secuencia de los hechos. Aquí, solo como la una, pero sin reloj que lo atestigüe, apenas surgen de mi mente turbia atisbos de palabras incompletas que jalonaron el sendero de las guerras, luego vino la devastación y la ignominia de haber sobrevivido. ¿Para qué, Dios mío? ¿Dios? ¿Acaso el último hombre puede mantener la fe cuando no sirvió ni como esperanza? Quién sabe.

Los huesos ajenos crujen bajo mis pies. Sigo caminando a pesar de que ya no hay caminos ni huellas que perseguir. Sigo buscando la redención, mi utopía eterna.


Seleccionado Concurso ArtGerust, para su Antología de Ciencia Ficción

44 comentarios:

Mary dijo...

Hasta en los momentos de maxima desolación queda un resquicio de esperanza para dibujar nuevos caminos...Bien merecido esta el lugar que ocupa este relato en la nueva antologia de Artgerus.

Enhorabuena Lili.

Muuuuuuuuak¡!

Marcos dijo...

Cabe preguntarse qué cuernos hace el hombre para no llegar a este extremo...
Sobrecogedor relato, Lili, pero que nos enfrenta con crudeza a la realidad que se ve día a día, y más aún en los últimos tiempos.
Felicitaciones por este nuevo reconocimiento.

Un beso grande y buen fin de semana.

Ana dijo...

La imaginación "ve" hacia dónde nos encaminos; pero la voluntad, luego, permanece ciega. La literatura nos muestra el camino de la salvación... Por lo tanto, hay que leer, tal vez así la voluntad abra los ojos a la imaginación. Gracias por "ver", Liliana.

Ana dijo...

Fe de erratas: donde digo "encaminos", debe leerse "encaminamos"

Liliana G. dijo...

Debemos reflexionar qué hacemos para detener las guerras, la proliferación nuclear y todo lo que nos lleve a la destrucción, para que no exista un futuro ni siquiera cercano al dibujado en este cuento. Aquí, la esperanza de un solo hombre sigue siendo el sueño de la supervivencia.

Muchísimas gracias, querida Marita.

Un beso enorme.

Liliana G. dijo...

Justamente esa una pregunta que me ronda de continuo y a la cual no encuentro, por el momento, respuesta, Marcos. Las guerras, las catástrofes evitables (escapes radioactivos, talas indiscriminadas, hambre, pestes), todo apunta a la propia autodestrucción del hombre por el hombre mismo...
Ojalá que la conciencia prime y reaccionemos a tiempo.

Gracias, Marcos, es un gusto poder compartir opiniones.

Besos.

Liliana G. dijo...

Estoy totalmente de acuerdo, querida Ana, la imaginación "ve" hacia dónde nos encaminamos porque ve la realidad que nos rodea, algo ineludible, tangente, algo que tenemos de continuo frente a nuestros ojos, y sin embargo, tratamos de minimizar en sus consecuencias.
Con este granito de literatura, pongo en palabras lo que mi imaginación intuye y por lo tanto muestro. Este es mi humilde aporte.

Mil gracias por "ver" junto conmigo.

Besos.

Liliana G. dijo...

Ana, te puedo asegurar que leí la palabra en forma correcta desde un principio :)

MAJECARMU dijo...

Liliana,el hombre es un ser sociable y debe cuidar la sociedad,la comunicación con el otro,su fraternidad,diría yo,porque ello le garantiza su crecimiento como persona.El hombre no debe destruir,sino construir unido a los demás...El hombre solo es una "utopía solitaria"en una encrucijada sin destino.
Mi felicitación por tu cuento-crítica,muy bueno,amiga.
Mi abrazo y sigamos unidos,impulsando el buen entendimiento y la creatividad.
M.Jesús

PATSY dijo...

Este es uno de los cuentos más impactantes que te leí, Lili. Si la ciencia ficción ya se hizo realidad en muchísimas cosas, no sería raro esperar también este desenlace terrible. Lo paradójico es que está en nuestras manos buscar la redención antes de que esto ocurra.
Excelente. Este cuento es un cachetazo a la indiferencia de unos y a la inconsciencia de otros.

Besos, genia, no te puedo decir otra cosa.

Liliana G. dijo...

Bien se dice que "la unión hace a la fuerza", M. Jesús, en cambio, el disgregamiento social nos conduce indefectiblemente al ocaso, como las bestias que somos cuando los intereses nos gobiernan (hablo del hombre en general).
El propósito del cuento pasa por desenmascarar a esa bestia que nos lleva hacia la destrucción.
Continuemos uniéndonos en un abrazo de fraternidad universal, sólo de esta manera llegaremos a buen puerto.

Muchísismas gracias por tus siempre atinadas reflexiones, querida amiga.

Un abrazo inmenso.

Liliana G. dijo...

Esperemos que este tipo de ciencia ficción siga siéndolo sólo en la ficción de los relatos, Patricia, que la conciencia de muchos prime sobre la insensatez de muchos otros. Un cuento que pretende ser el grito que se convierta en eco de una utopía, quizás sea demasiado, pero es algo.

Mil gracias, Pat.

Un beso gigante.

Charly T. dijo...

No recuerdo haber leído algún cuento tuyo en este género, y a pesar de ello, te has desempeñado con la maestría de siempre. Tu capacidad de adaptación en este sentido, es asombrosa. Un relato sobrecogedor y que invita a la reflexión más allá de la ficción que transita.
Felicitaciones, Liliana, y bien merecidas.

Con mi cariño de siempre.

LaCuarent dijo...

Es increíble hacia donde puede inclinar la balanza el ser humano, sólo espero que seamos capaces de ver un camino a un futuro mejor, menos catastrofísta.
Un relato muy bueno
Vengo a agradecerte visita y tu huella en mi blog te dejo un beso

Liliana G. dijo...

Nunca habías leído un microrrelato mío de este género porque nunca lo había escrito, Charly. Escribirlos surgió como un desafío ante el concurso de ArtGerust, y la experiencia me entusiasmó. Ya iré publicando algunos otros (una veintena). Aunque este no es de los mejores que escribí, también se merece la oportunidad de estar aquí :)

Muchas gracias por tu apoyo de siempre, Charly.


Un beso grande.

Liliana G. dijo...

Esperemos que sí, 40añera, no podemos ser tan tontos de llegar a ese extremo, vale la pena cuidar el planeta y la vida, vale la pena seguir haciendo caminos.

Muchas gracias por tus palabras.

Otro beso para vos.

//elojodelhuracan// dijo...

Un cuento tan sobrecogedor siempre es un cuento para reflexionar. Lo ideal es que reflexionemos ahora que estamos acompañados, la reflexión como último recurso no tiene razón de ser.
Estupendo, Liliana, siempre con un mensaje valioso.

Besos

Liliana G. dijo...

Es verdad, Jorge, hay que reflexionar antes de que los acontecimientos se nos vayan de las manos porque cuando esto sucede ya no hay retorno.

Muchas gracias.

Un gran cariño.

Rodolfo de Jesús Cuevas dijo...

Saludo, mi muy apreciada Lili:
Este profundo relato, a mí, muy particularmente a mí, me ha llevado a reflexionar que la guerra, ciertamente, jamás ha valido la pena; pues, en ella, nadie gana, unos pierden más y otros menos, pero nadie gana; tan sólo los huesos de los vencidos se oyen crujir bajo los siempre frustrados pasos de los vencedores.
Besos y abrazos tiernos y muy cálidos, para ti, mi querida hermana Lili.

Marymar dijo...

Guerra, devastación y nada más. No puede haber nada más después de haber perdido todo, empezando por la dignidad de vivir... Impacta pensar que podemos llegar tan lejos y sin embargo ¡qué cerca estamos!

Muy buen tu cuento, Lili. Para pensar...

Besos amiga, buen fin de semana.

Liliana G. dijo...

¡Hola, Rodolfo!
Indudablemente tu pensamiento, por suerte, es también el mío y el de muchísima gente que espera de la vida algo más que barbarie. Es cierto, en la guerra todos pierden, y generalmente los que más pierden son los inocentes.

Muchas gracias, querido amigo, siempre es un placer que pases por este rinconcito.

Un beso enorme.

Liliana G. dijo...

Coincido con vos, Marymar, con la guerra, además de la vida se pierde la dignidad del hombre, un bien preciado que sin embargo, muchas veces no se tiene en cuenta.

Gracias por estar cerca :)

Besos y buen fin de semana.

Balovega dijo...

Buenas noches

Paso solamente para darte las gracias por tus bellas palabras en casa y a la vez, desearte un bello fin de semana.

Un abrazo de lindos sueños.

Linus dijo...

Precisamente en eso nos vamos convirtiendo: en autómatas. La sed de poder y de destrucción tiene un costo demasiado elevado como para que no nos demos cuenta hacia adónde vamos.
Tu cuento lo describe cruda y magníficamente, tienes arte Liliana.
Besos.

MIS CYBER AMIGOS dijo...

•★´¨) Dejo mi huellita para tí !

¸.•☆¨) Que tengas un luminoso

(¸.•´ y brillante fin de semana !!!

`•. ) Que Dios te bendiga!!!
¤ .•) Te dejo un abrazote gigante

(.•´ con todo mi cariño

★.¤ http://miscyberamigos.blogspot.com

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Antonio Misas dijo...

El apocalipsis según Liliana, ¡fantástico! "el hombre como superviviente" "el hombre que se hace preguntas" y lo mejor: la incuestionable e inexcusable figura de Dios.

Magnífico

Besos

**Andrea** dijo...

Estupendo, sobrecogedor, visionario. Un cuento que hace de la reflexión una necesidad.

Cariños en este domingo de lluvia porteño, Lili.

lichazul dijo...

qué buen relato!!!
Felicitaciones,por su selección y próxima inclusión en esa Antología

besitos y buen inicio de semana

Liliana G. dijo...

Gracias, Balo, sos un sol. Lo mismo para vos :)

Besotes.

Liliana G. dijo...

Cuando esa "sed" apunta a ideales corruptos, no reconoce barrera entre el bien y el mal, es por eso que en su ceguera arrasa con todo, incluso, con la vida.

Gracias, Linus.

Besos.

Liliana G. dijo...

Gracias, Laura, sos un cariño.

Besos.

Liliana G. dijo...

El hombre que se hace preguntas después del apocalípsis, Antonio, cuando debiera hacérselas antes para evitarlo. Ahora todo es inexcusable...

Muchas gracias, tu entusiasmo es mi aliento :)

Besotes.

Liliana G. dijo...

Justamente hacia eso apunta, Andrea, hacia la necesidad de reflexión. Mantener esa capacidad hoy en día, es un desafío que nos debemos.

Mil gracias.

Un cariño grande.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias, Elisa, me da gusto que así te haya parecido.

Un beso grande y muy buen comienzo de semana también para vos :)

Juan Sin Nombre dijo...

Impresionante relato. En unos pocos renglones desarrollaste la esencia del concepto en forma magistral.
Excelente, Lili.

Besos.

Liliana G. dijo...

Gracias, Juan, sos un cariño, de verdad.

Besotes.

Jose Manuel Iglesias Riveiro dijo...

Desolador relato, pero no imposible.
El hombre es el único capaz de destruir al hombre y posiblemente ese sea nuestro destino.
No necesariamente con un gran guerra, hoy tenemos en Japón un ejemplo.
Un beso.

Kiki Nikon dijo...

Impresionante, crudo, posible.
El hombre es el predador de sí mismo y de sus semejantes, no sería extraño que llegáramos al límite de los límites.
Excelente pantallazo de un futuro que ojalá no sea.

Besos, Lili.

Liliana G. dijo...

Es cierto, José Manuel, el horizonte es desolador, el hombre lo hizo de esa manera, e incluso, contribuye para que los desastres naturales se potencien, merced a su gula de irreverencias. Es el ejemplo de las fugas radiactivas, luego del tsunami y terremoto de Japón.

Por suerte, querido amigo, siempre existirán hombres que hagan de la esperanza un horizonte nuevo.

Gracias por acompañarme :)

Besos.

Liliana G. dijo...

Ojalá que no, Kiki, que el cuento quede en cuento y que la realidad, como siempre, lo supere, pero esta vez para el bien de todos.

Muchas gracias.

Un gran cariño.

Mar dijo...

Me gustó tu microrrelato. No tiene nada que ver con lo que estoy acostumbrada a leerte pero, me gustó, Liliana.

La destrucción de la raza humana, o tal vez del mundo, víctima de él mismo.

Preguntas: ¿Acaso el último hombre puede mantener la fe cuando no sirvió ni como esperanza?.

Mi respuesta es, NO. Todo terminó.

Mil besos y abrazos.

ZEDIECK dijo...

Y yo que decía que el relato anterior era sobrecogedor... ahora no me quedan palabras para describir este. O sí: ¡genial!
saludos

Liliana G. dijo...

Es cierto, Mar, lo escribí especialmente para el concurso de Ciencia Ficción de ArtGerust. Hasta ese momento no había escrito microrrelatos sobre este género literario.

Coincidimos con la respuesta...

Muchas gracias, amorosa. Besotes :)

Liliana G. dijo...

Gracias, ZEDIECK, con lo que dijiste me basta y sobra :)

Cariños.