jueves, 6 de mayo de 2010

INTOLERANCIA


-Lamentarán el error del año pasado. -Había dicho enojado, para luego salir dando un portazo.

¿Y qué habían hecho el año anterior para recibir semejante amenaza? Ellos pensaron que habían hecho lo que sentían, lo mejor, no podían entender que el padre de Juan Manuel estuviera tan molesto sólo porque ambos se fueron a vivir juntos. Ramiro, su pareja, también estaba desconsolado.

Después de todo, si amar era un error, creían que persistir en el enfado era una necedad.

48 comentarios:

Paloma Corrales dijo...

No se puede explicar de forma más concisa y certera todo un problema generacional y educacional. Muy bueno Liliana.

Besazo y cariños.

(ahora sin erratas I hope)

Juan Sin Nombre dijo...

En tres pequeños párrafos lográs dar entidad al título. Con estilo, con elegancia, tocando un tema tabú, y como si eso fuera poco, el cierre es casi una sentencia.
Muy buen microrrelato, Lili.

Besos.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Fantástico microrrelato, niña, transmites...

Unknown dijo...

Me encantó... a veces las cosas no son como uno desea, pero si puede hacer que las estructuras básicas no se vean afectadas, al menos las internas.

Un beso

Manolo Jiménez dijo...

Me ha encantado la imagen que acompaña al texto.

Hay personas que se creen poseedoras de la verdad "absoluta" y no escuchan. Esas personas son terriblemente peligrosas.

Abrazos.

Liliana G. dijo...

Ese es, justamente, el desafío del microrrelato, Paloma, narrar algo coherente en pocas palabras. Por lo menos eso intento :)
En cuanto al tema, además de generacional y educacional, también es social, ya que la pareja del relato, es homosexual (Juan Manuel y Ramiro), de allí el pico de la intolerancia.

Muchas gracias, querida Paloma.

Besotes :)

Liliana G. dijo...

Muchas gracias, Juan, incursiono en este género desde hace poco tiempo, algo más de dos años, de modo que sigo aprendiendo. Afortunadamente tengo un maestro en la materia, mi amigo Salvador Robles, quien me orienta maravillosamente.

Tus palabras son un aliento :)

Besos.

Liliana G. dijo...

Por lo menos eso intento, María Ángeles :)

Gracias, dulce.

Besotes grandes.

Liliana G. dijo...

Es cierto, Estrella, y más aún en un tema tan controvertido socialmente como lo es la homosexualidad. Lo ideal es que esas estructuras básicas, de las cuales estás hablando, no se vean afectadas en su lugar de origen, es decir, en la propia familia, allí donde el apoyo es fundamental. Si la intolerancia surge, justamente, en el seno familiar, mal pronóstico tiene en el ámbito social.

Muchas gracias, Estrella Altair.

Besos y cariños.

Liliana G. dijo...

Gracias, Manolo, me alegro que hayas prestado atención a la imagen. Siempre digo que pongo especial atención en elegirlas, trato de que se integren al texto.
En cuanto al relato, esas personas que "no escuchan", posiblemente no quieren hacerse cargo de la parte que les toca en las diferentes situaciones. Y comparto tu punto de vista, pueden resultar peligrosas desde su intolerancia.

Un cariño muy grande.

josef dijo...

Intolerancia, obcecación, envidia y sobre todo desamor, conducen a mucha gente a realizar actos ínfames que no les hacen mejores como personas, sino que nos convierten en animales de baja estopa.
Un beso y un abrazo!

PATSY dijo...

Cuánta verdad en ese maravilloso final... Por más obstáculos que se pongan al amor, en cualquiera de sus formas, siempre los superará para salir airoso. El enojo, la oposición a una relación, no genera el desencuentro sino todo lo contrario.

Buenísimo, como siempre, tocando temas espinosos de la mejor manera. ¡Genia!

Besos.

Vicky Cateura dijo...

Lo bueno, si breve. Dos veces bueno.

Eres una genia!!!!

Besos y cariños

Liliana G. dijo...

Es cierto, Jóse, la obsecación se desarrolla por falta de confianza en la sociedad, en la vida, en uno mismo... Querer manejar el mundo nos lleva a ser manejados por las circunstancias, que por supuesto, no serán como la hemos planeado.

Gracias ;)

Besotes.

Liliana G. dijo...

La reacción humana hacia lo prohibido es automática, por eso, cuanto más se niegue el consentimiento de una relación (en este caso, homosexual), más controversias se generan entre el censor y el/los censurado/s, perdiéndose el respeto mutuo, y ganando la ira y el desconsuelo.
La intolerancia, es fatídica.

Gracias, Nirvana.

Pilas de besos :)

Liliana G. dijo...

¡Me lo voy a creer, I am! ;)

Gracias de todo corazón, amorosa.

Besazos.

Mary dijo...

Lo que es intolerante es atreverse a cuestionar el AMOR, Que derecho tenemos para hacer semejante cosa...GENIAL lili¡! me quito el sombrero.

Un abrazo:)

Charly T. dijo...

Desgraciadamente hay más necios e intolerantes de lo que creemos. Me gustó tu cuento, un grito de protesta que se hace sentir con fuerza a pesar de su brevedad.
Muy bueno.

Muchos besos, Lili.

MAJECARMU dijo...

Aunque la razón impera con su necedad intolerante y su violenta ceguera..
..El amor es el mayor "mazazo" a la intolerancia y a la violencia..Los desarma por completo..!

Mi felicitación por tu buena síntesis y certero mensaje.
Mi abrazo grande y feliz fin de semana,amiga.
M.Jesús

Rodolfo de Jesús Cuevas dijo...

Liliana G.:
Saludo, mi querida amiga. Bueno, en torno a la problemática que planteas en este relato, sólo diré que, para mí, existen tres géneros sexuales: masculino, femenino y homosexual (en el cual también quedan incluidas las lesbianas), por tanto, me parece que, las personas con preferencias heterosexuales, debemos aprender a respetar el derecho que poseen los demás de disfrutar, convivir y existir como mejor le plazca a ellos; así que, dejemos de ser homofóbicos y permitamosle vivir sus vidas. Un buen relato el tuyo, con muy buen mensaje, hermana sudamericana, gracias por brindarnoslo.
Besos y abrazos tiernos, para ti.

Liliana G. dijo...

Es verdad, Mary, la intolerancia a la intolerancia misma, creo que nace de la necesidad de dar al otro el espacio que se merece, de defender sus derechos y aceptar sus sentimientos.

Muchas gracias, reina :)

Besotes.

Liliana G. dijo...

Poder alzar la voz desde las Letras, es un privilegio de todos aquellos que escribimos, querido Charly, ojalá siempre pueda llegar y servir para algo.

¡Gracias!

Un abrazo grande.

Liliana G. dijo...

Así es, María Jesús, siempre digo que el Amor trasciende todas las barreras, incluso, las de la intolerancia. Sigamos dando mazazos a los necios, pero con la maza de los sentimientos.

Gracias de todo corazón querida amiga, que tengas un excelente fin de semana.

Una pila de besos.

Liliana G. dijo...

Querido Rodolfo, comparto completamente tus palabras y espero que muchos otros puedan comprender estas razones tan humanas y naturales.
Respetemos, si queremos ser respetados, todos tenemos los mismos derechos.

Muchas gracias, hermano del corazón.

Un cariño inmenso.

Kiki Nikon dijo...

Maravillosa síntesis de un problema que no debiera ser. La sociedad aún está en pañales para resolver múltiples intolerancias.
Una vez más, un cuento fantástico.

Cariños.

Pluma Roja dijo...

Hola Liliana, gracias por tomarte la molestia de llegar hasta mi blog y darme aquella explicación. Es cierto, teniendo una vida tan llena es casi imposible poder cumplir con nuestros compromisos de blog. Primero lo primero pero a mi me complace leerte y vendrá siempre que pueda para poder verte. Saludos cordiales. Tu relato es una muestra de síntesis literario. Aída

**Andrea** dijo...

Duro, pero real. Tu destreza en el relato de temas espinosos, es encomiable. La delicadeza con que son tratados, la cuota de reserva que queda librada al lector y la síntesis bien lograda, hacen de tus cuentos, una lectura obligada.

Muchos cariños.

Liliana G. dijo...

Pasa Kiki, que la sociedad somos todos, y entre todos tendríamos que obrar en consecuencia, pero...

¡Gracias!

Besos.

Liliana G. dijo...

¡Hola Aída! No fue ninguna molestia escribirte, todo lo contrario, siempre es un gusto. Como ya te dije, ojalá lo pudiera hacer más a menudo. Además, proveché ayer sábado que por lo menos no trabajo afuera. En cambio hoy, domingo, sí que me toca :)
Es cierto, si no nos organizamos por prioridades, nos volvemos locos...

Gracias por leerme, Aída, toda vez que pueda estaré acompañándote :)

Cariños.

Liliana G. dijo...

Guauu, Andrea, toda una crítica la tuya :)

Este como todos los temas "espinosos", como los llamaste, merecen no ser desacreditados, por eso es que trato de darles la oportunidad que se merecen.

¡Muchas gracias!

Pilas de besos.

Marcos dijo...

La intolerancia, genera intolerancia y es madre de males mayores. Estupendo microrrelato, Lili, un llamado a la reflexión desde las Letras, como siempre, tu mensaje llega.

Un beso.

Liliana G. dijo...

Es verdad, Marcos, de la intolerancia a la ira hay un solo paso... Ojalá que el mensaje, además de llegar, sirva para algo.

Gracias, querido amigo.

Besotes.

Linus dijo...

Excelente relato, la frase final, resume a la perfección, el calificativo adecuado para la palbra "intolerancia"... necedad.

Muchos besos.

apm dijo...

!Ah, que bueno!, un microrrelato maravilloso y estupendo, lleno de fuerza y de sensibilidad y muy actual, !cuanta intolerancia en no aceptar que el amor es amor, y qué, si es entre dos hombres!... tu relato es real como la vida misma, hace unos días, en la televisión daban un reportaje que se titulaba "salir del armario", intervenían muchas personas: homosexuales de ambos sexos, psicólogos, familiares, amigos, gente de a pie... cada quien daba su opinión y sus experiencias y sensaciones, me llamó poderosamente la atención dos entrevistas, en una a una chica lesbiana con pareja estable desde hacía 5 años, la echaron del colegio cuando se enteraron de ésto, sólo por ser lesbiana... otro entrevistado, se lamentaba que cuando dijo en su familia que era gay y que se iba a vivir con el hombre del que estaba enamorado, su familia dejó de hablarle y le hicieron el vacío, nadie de su familia asistió a su boda... a él se le salían las lágrimas cuando lo contaba.
!Cuánta intolerancia en ésto!, y total ¿para qué?, si, persistir en el enfado o en el vacio no conduce a nada, es en verdad una necedad.

Un besote, ya sabes, enormísimooooooooo

Duna dijo...

Esta situación, ha sido un problema grande durante años, (mejor digamos generaciones).
Tú lo explicas en un micro, directo, y conciso que junto a la imagen, llega como una flecha.
Transmites la idea sin rodeos, limpiamente.
Te lo aplaudo Liliana.
Besos amiga.

Liliana G. dijo...

Gracias, Linus, es exactamente lo que creo...

Un abrazo de oso:)

Liliana G. dijo...

En todos lados se cuecen habas, apm. Por desgracia en Argentina, estamos transitando los primeros encontronazos respecto de los casamientos gay. Los primeros que fueron autorizados, al poco tiempo fueron anulados... ¡Eso es intolerancia de la peor!
Pero que la propia familia dé la espalda a alguien porque es gay, es el colmo de todos los colmos... ¡Qué hipocresía!

Gracias por tu aporte, amorosa.

Besazos de todos los tamaños :)

Liliana G. dijo...

¡Muchas gracias, Duna! A veces uno escribe algo que le sale del alma y no sabe de qué forma llegará al que lo lee. Allí surgen las dudas y el pensar ¿lo publico o no?
Afortunadamente, a pesar de que cada uno somos distintos, en este caso, todos pensamos igual...
Ojalá se pudiera trasladar esta comprensión, a la sociedad.

Un beso enorme, Duna.

Juan Manuel Etcheverría dijo...

Me gusta tu estilo, franco, directo, denunciante, y como si esto fuera poco, brillantemente escrito. ¡Felicitaciones!

-Saludos-

Liliana G. dijo...

Muchas gracias, Juan Manuel, por tu comentario. Bienvenido.

Un abrazo.

Melody Paz dijo...

Esa imagen, el puño cerrado de bronca, de ira y tus palabras que la explican tan bien.
Amor no convencional, pero Amor... que más decir frente a la intolerancia y la incomprensión.
Besitos maestra.

Liliana G. dijo...

No se puede decir mucho más, Melody, hay cosas que por mucho que digamos, no cambian por sí solas. La intolerancia es una de ellas...

Muchas gracias, amorosa :)

Besazos.

Anónimo dijo...

El enfado persistente se convierte en rábia con el tiempo.
No produzcamos ese odio, es la navaja que puede matar a un ser querido.



Gracias.

Antonio Misas dijo...

Bueno, este me ha sacado otra carcajada, la ironía está llena de inteligencia. Me gusta como haces los finales.

Saludos

Liliana G. dijo...

Es cierto, Olga, no se gana nada con el enfado.

Gracias por tu opinión.

Besos.

Liliana G. dijo...

Hola, Antonio, bienvenido :)

Jajajaja Muchas gracias, por la parte que me toca, siempre es halagador escuchar eso...
Trato de que los finales dejen algo para pensar o para sonreír, o para lo que sea, pero que dejen algo.

Muchos cariños.

Silvana Torres dijo...

Me encantó éste relato Lili!!! se lo mando a un amigo, seguro le va a venir bien leerlo!!!

Liliana G. dijo...

¡Qué bien, Sil! Me encanta que además de gustar, lo que escribo pueda servirle a alguien. Me siento realizada :)

Besotes.