jueves, 30 de septiembre de 2010

LA PARTIDA

Y dio otro bocado. El último.

Con parsimonia, tomó la servilleta y se limpió las comisuras de la boca, luego, sin decir palabra, se levantó de la mesa y se dirigió hacia el espejo que ornaba el majestuoso salón comedor de su casa.

El hombre la miraba sin atreverse a romper el silencio. Ella retocó el labial y con la mirada clavada en su propia imagen logró ver la infelicidad dibujada en su rostro.

Sin pensarlo, se despojó de las joyas que la adornaban como una reina, y partió en busca de otras joyas, las que nunca había poseído a pesar de su fortuna.

34 comentarios:

maile dijo...

Si ese momento sucede, sera la decision mas acertada. Puede que la valentia para hacerlo solo se de una vez en la vida.

Besos.

MAJECARMU dijo...

Una síntesis sencilla y profunda.En el espejo se miran frente a frente la materia y el espíritu...La batalla es fulminante,cae el peso y el apego y el espíritu vuela libre en busca de su destino...!
Mi felicitación y mi abrazo inmenso por tu maestría con las letras y tu generosidad con todos.
M.Jesús

El Mar...Siempre el mar dijo...

Las joyas que uno puede desprenderse de ellas con un simple movimiento... solo son adornos, nada mas que adornos. Las verdadera joyas son aquellas que uno lleva dentro del alma y le durarán por siempre.

Leerte es algo ai mujer. Haces llegar al alma tu manera tan personal de contar.

Mi mejor sonrisa para ti amiga mia.

Bárbara Himmel dijo...

.PENSAR QUE LA INFELICIDAD..TANTAS VECES LA VEMOS REFLEJADA EN EL ESPEJO Y CREEMOS ESTUPIDAMENTE QUE QUEDA AHÍ...SUERTE QUE TU CHICA SE HA DADO CUENTA...BRILLANTE MI REINA LlILI!!
BUEN FINDE CORAZÓn!

Charly T. dijo...

Eso demuestra que la felicidad no tiene precio ni joyas que la adornen. Una vez más, tu cuento remite a una lección de vida.

Un beso, Lili, es un gusto encontrarme con tus relatos porque siempre tienen una sorpresa preparada.

Mar dijo...

Borrón y cuenta nueva...

Me gustó la metáfora. Me gustó tu microrrelato. Me gustas como narras tú. Sin más...

Mil besos, Lili.

Liliana G. dijo...

Es cierto, Maile, supongo que para abandonar todo el bienestar material de esa forma, tiene que haber una cuota de valentía y otra más grande de soledad.

Muchas gracias.

Un cariño inmenso.

Liliana G. dijo...

Un duelo doloroso sin duda, M. Jesús, pero creo que más dolorosa es la infelicidad y es ella la que desnivela la balanza a favor de la huida de esa vida hueca.

Gracias, amiga, siempre es un gusto "escucharte".

Besos.

Liliana G. dijo...

Nada más verdadero, Paco, "adornos" es la palabra a través de la cual podemos despojarnos de todo lo superficial. ¿Pero cómo despojarnos de los sentimientos?

Muchas gracias, querido amigo.

Un abrazo gigante :)

Liliana G. dijo...

Claro, Bárbara, a veces los seres humanos somos tan tontos que no sabemos diferenciar entre el cuerpo y el reflejo. Mi chica estuvo astuta ;)

Gracias, amorosa.

Besos mil.

Liliana G. dijo...

Ojalá todos asumiéramos esa verdad, Charly, la felicidad es mucho más que un cristal pendiendo de nosotros o un billete en el bolsillo...

Gracias por tu cálido comentario :)

Besos.

Liliana G. dijo...

Y a mí me gusta tu genial espontaneidad para decir las cosas, Mar, sos un encanto :)

¡Gracias, muchas!

Besotes.

PATSY dijo...

Siempre pensé que los extremos son malos, respecto de lo material no es bueno tener todo, pero tampoco es bueno no tener nada. Pero cuando la infelicidad ya acampó en la persona, es preferible desligarse de lo superfluo.
Muy bueno, como siempre tus cuentos llaman a la reflexión.

Besos.

//elojodelhuracan// dijo...

Lo trivial jamás tomará el lugar de los sentimientos, no puede. Tu cuento es breve, pero tan conciso que habla por sí mismo.

Un beso.

Alís dijo...

De nada sirve poder lucir las mejores galas cuando el corazón está desnudo.
A mí me parece más difícil aguantar y alimentar el vacío que lanzarse a la búsqueda de lo verdadero.

Buen relato

Besos

Mary dijo...

Para que los bienes materiales si realmente tu interior esta vacio,que bueno tener un espejo donde poder darte cuenta que hay otro camino a la felicidad.

Genial Liliana¡!

Un besazo.

Liliana G. dijo...

En cierto sentido es así, Patsy, la miseria es atroz, pero el boato no es más que un espejismo.

Gracias, amiga.

Besotes.

Liliana G. dijo...

Coincido absolutamente, //elojodelhuracan//, el lugar de la felicidad no puede ser sustituido nunca.

Gracias amig@, es bueno compartir opiniones.

Liliana G. dijo...

Lo que pasa, Alís, que nadie sabe dónde está, ni qué es lo verdadero, por eso muchas veces se busca lo más fácil, lo que quizás no se encuentre nunca. En cambio, alimentar el vacío puede ser una constante en la vida, una que finalmente se puede colmar.

Gracias, amorosa.

Besos.

Liliana G. dijo...

Eso mismo pienso yo, Mary, a ver de qué parte del alma podemos colgarnos un brazalete de brillantes ;)

Muchas gracias, reina.

Besos, cariños y abrazos.

Melody Paz dijo...

Es ese instante y no hay que dejarlo escapar. El instante donde el espejo te devuelve la verdadera inmagen interna, la que has venido construyendo con los años, con la vida.
Y hay que hacerse de coraje, salir no mirar atrás.
Genial!!
Besitos maestra.

Liliana G. dijo...

Precisamente eso, Melody, no dejar escapar ese instante de lucidez elevada, de mirar hacia atrás corremos el riesgo de volver sobre nuestros pasos... la comodidad no es fácil de abandonar.

Muchas gracias, amorosa.

Un beso grande a una de mis mejores y más talentosas "alumnas" :)

Juan Sin Nombre dijo...

"Y dio otro bocado. El último." Estas dos primeras oraciones encierran lo esencial del cuento, es una maravillosa metáfora sobre el final de una etapa y el comienzo de otra.
Breve pero excelente.

Besos.

Liliana G. dijo...

Esa es una muy buena interpretación, Juan, que lleva ineludiblemente al nudo de la cuestión, el despojarse de lo superfluo apuntando a conservar lo realmente valioso del ser humano, su felicidad...

Gracias, querido amigo.

Besos.

Anónimo dijo...

Esas joyas que no se pueden comprar y las únicas que realmente son... autenticas.

Un verdadero placer...

Abuela Ciber dijo...

Hay pasos que se deben dar a pesor de muchos sentires contradictorios.

Cariños

**Andrea** dijo...

¡Precioso! Tus relatos siempre tienen un buen mensaje que llama a la reflexión, además, los finales son geniales.

Besos reina entre las reinas.

Liliana G. dijo...

Y podría agregar, y a las únicas que pocas veces se les da importancia... es cierto.

Muchas gracias, Mistral.

Un cariño grande.

Liliana G. dijo...

Supongo que sí, Abuela Ciber, dar un paso de esa naturaleza debe ser difícil y de sentimientos encontrados.

Gracias por tu visita :)

Besotes.

Liliana G. dijo...

Si un cuento no arranca una reflexión, una sonrisa, un sentimiento... difícilmente pueda ser llamado cuento.

Gracias por tu comentario, Andrea.

Besos.

Ninfa Azul dijo...

Nada como el rosto para reflejar el estado del alma...la fiel trasparente imagen que el espejo nos devuelve.. la mejor joya que podamos tenes se llama Amor.
Un abrazo.

Marcos dijo...

Las joyas que no se compran son las que se llevan dentro. Fantástica síntesis, Liliana, esto demuestra que no hacen falta demasiadas palabras para inducirnos a la reflexión, ni tantos renglones para comprender un buen cuento.

Besos y buen fin de semana largo.

Liliana G. dijo...

Creo exactamente lo mismo, Ninfa Azul, todo lo demás pasa a segundo plano cuando el amor se manifiesta en la vida.

Gracias, amiga :)

Besotes.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias por tus cálidas palabras, son un aliciente para seguir escribiendo, Marcos, me dan la pauta de que llegan donde deben llegar.

Un beso grande y feliz fin de semana.