sábado, 6 de agosto de 2011

DIOS DA LA NOTA - Un cuento de Salvador Robles


En el examen de religión, el profesor había planteado una única pregunta a sus alumnos de entre trece y catorce años: “¿Quién es Dios?”. Sólo le faltaba por puntuar uno de los exámenes, el de contenido más sorprendente. Dudaba entre la matrícula de honor y el suspenso, no había término medio. Antes de tomar una decisión, se concedió una última lectura:

“Cuando juego al fútbol, Dios es el balón; cuando veo una película, la pantalla es Dios; cuando leo un libro, Dios es la página; cuando me baño en la playa, las olas son Dios; cuando escucho un disco, Dios es la canción; cuando beso a una chica, los labios de ella son Dios; cuando me contemplo en el espejo, Dios soy yo.”

Al leer lo del beso a la chica, estuvo a punto de decidirse por el suspenso; pero, en ese momento, sintió una punzada en el corazón, que él muy devoto, atribuyó a un aviso del Todopoderoso, así que cogió el bolígrafo y escribió debajo del texto del examinando: “Cuando el profesor te pone una matrícula, Dios es el profesor”.


Del libro "Pequeñas palabras" - Edit. Paréntesis (2010)

48 comentarios:

Liliana G. dijo...

Hoy no me quiero privar del placer de traerles un cuento de Salvador Robles, pedagogo, escritor y periodista de amplia y reconocida trayectoria.
En este caso, el relato, simpatiquísimo, ocurrente y no excento de contenido ético-filosófico, demuestra la maestría del autor: lograr amalgamar en un mismo texto, tres características que por lo general resultan antagónicas. En literatura no hay imposibles cuando hay talento.

Espero que lo disfruten tanto como yo.

Un gran cariño para todos.

Charly T. dijo...

De verdad lo disfruté, Lili, conozco parte de la obra de Salvador a través tuyo y lo que conozco me parece de una profundidad y un talento grandiosos. Este es un cuento para leer entre renglones, coincido con tu comentario, detrás de la historia hay mucho paño.

Felicitaciones a Salvador y besos para vos.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Liliana:

Yo también les doy a ti y al autor una matricula de honor, el cuento es muy bonito.

Un abrazo.

Ainara dijo...

Es verdad, Dios es todo lo bello que nos sucede en la vida, también los profesores cuando nos aprueban :0)
Este cuento es precioso, todo corazón.

Gracias por compartirlo, Liliana, un beso grande para vos y otro para Salvador.

Larisa dijo...

Mola muchísimo. Pero no sé si el Papa piensa lo mismo. Ay, la duda me corroe.

Besos de madrugá.

Lorenzo dijo...

Siempre es un honor que te lean, y más, mucho más, que las personas que lo hacen frecuenten el blog de Liliana Cristina García, una persona a la que le profeso un inmenso cariño, el que aflora del agradecimiento y la admiración. Liliana ha sido en estos últimos años el estímulo mayúsculo de este escritor vocacional. Bueno es que sus lectores lo sepan. De todo corazón, ahora y siempre Salvador Robles, alias "Lorenzo".

Rosa dijo...

Que bonito y tierno, tiene ingenuidad, ironía, ocurrencia pero sobre todo reconocimiento.
Me ha gustado mucho esta pequeña historia.
Besitos.

Liliana G. dijo...

Siempre hay algo más detrás de los cuentos de Salvador, Carlos, no lo dudes, el buen lector lo sabe (vos lo sabés) y tiene el placer de descubrirlo.

Muchas gracias. Que tengas buen comienzo de semana.

Un beso grande.

Liliana G. dijo...

Mil gracias, Rafael, Salvador y yo estamos encantados de haber aprobado con honores :)
El cuento es entrañable.

Besos.

Liliana G. dijo...

Claro que sí, Marymar, todos los cuentos de Salvador tienen corazón, su propio corazón que se hace visible a través de sus letras. Compartirlo es un honor.

¡Gracias!
Besos y cariños.

Liliana G. dijo...

Hola, Larisa... no sé qué pensará el Papa, pero no se lo preguntaremos :)

Muchas gracias por tu huella, bienvenida.

Besos desde la tarde invernal y argentina.

Liliana G. dijo...

Querido Salva, ese estímulo mayúsculo también lo es recíproco, y es el que me alentó con infinita paciencia y cariño a avanzar un pasito más en este arduo camino de las letras. Reconocerte como maestro me llena de orgullo y emoción.

Gracias, una vez más, por la calidez de tus palabras. De todo corazón.

Besos.

Liliana G. dijo...

Comparto tu comentario, Rosa, la ternura, la belleza y el mensaje, son las virtudes que se desprenden, mágicas, de este cuento.
El reconocimiento, es el mejor premio.

Mil gracias.

Un beso grande.

PATSY dijo...

De la ternura nacen bellísimos cuentos, como este, que pone en boca de un niño, palabras asombrosamente reales. Dios está donde lo queremos ver.
Felicidades Salvador.

Un beso grande a vos, Lili, por compartir esta pequeña gran joya.

Mary dijo...

Yo conozco el cofre de tesoros de donde a salido este maravilloso relato,un cofre de color rojo llamado "PEQUEÑAS PALABRAS"...Este relato me impacto y me hizo reir,pero hay muchos más y ninguno tiene desperdicio alguno,de todos sacas reflexiones nuevas y sentimientos que afloran en ti.

Liliana,muy buena elección.

Un beso muy grande para los dos GENIOS¡!

Liliana Lucki dijo...

Una elección genial.

Una maravilla mas de un grande.Esta muy bien citar

la fuente , desde el primer momento.

Se evitan las dudas...

Tus comentarios llegan con sinceras palabras.

Gracias por compartir. Te saluda otra Lili, desde el mar

MariCarmenblogs.com dijo...

Mis felicitaciones para su autor, he disfrutado mucho de este cuento, de su picardía e ingenio.

Un abrazo.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias, Abuela, por tu paso por "Cuentos...". Bellísima la frase.

Un beso enorme y excelente semana.

Liliana G. dijo...

Es cierto, Patricia, los cuentos reflejan los sentimientos del autor, es imposible no saber quién es quién leyendo su obra.

¡Gracias!

Besos.

Liliana G. dijo...

La elección es fácil cuando ese cofre está rebosante de tesoros, Mary, cualquier joya que saques de sus adentros tendrán la misma valía.

Muchas gracias :)

Un beso grande.

Liliana G. dijo...

P.D.: Mary...

¡FELICES VACACIONES!

Gracias extras por no dejar de pasar a pesar de estar transitando tierras granadinas.

Liliana G. dijo...

Bienvenida Lili, es un honor tener una artista como vos paseando por estas páginas.

En este blog los únicos textos que no son míos, son los de Salvador Robles, con quien me une una gran amistad, tal que me tomo la libertad de considerarlos parte de este espacio. Es un honor y un placer, mencionar tamaña "fuente".

¡Muchas gracias, tocaya!

Un gran cariño va camino a Mardel :)

Liliana G. dijo...

Me alegro muchísimo de que te haya gustado el cuento de Salvador, MariCarmen, es en verdad, hermoso.

Gracias, de todo corazón.

Besotes.

ZEDIECK dijo...

Muy buen cuento, con todos los ingredientes para poder serlo: profundidad, humor e ingenio.

Gracias por compartirlo y felicitaciones para el autor.

Un beso, Lili.

Liliana G. dijo...

Coincido en todo con tu apreciación sobre el cuento, ZEDIECK. Es como dije anteriormente, hay que tener talento para lograrlo.

Mil gracias a vos por dejar tu huella.

Besos.

Kiki Nikon dijo...

Este cuento es un encanto. Gracias por traerlo Liliana y felicitaciones al autor, me dio mucho gusto poder leerlo.

Cariños desde la vecina orilla.

Liliana G. dijo...

Gracias a vos, Kiki, por el cariño con que lo has leído y por la huella que has dejado en este rincón.

Un beso grande.

merche marín dijo...

Las historias siempre son diferentes cuando las cuenta alguien que tiene talento. Hay quien dice que ya está todo inventado, contado, que las historias se repiten una y otra vez. Creo que no leen a autores como Salvador Robles o su opinión podría venirse abajo.
Besos Liliana.

Cinarizina dijo...

Gracias Liliana por compartir este excelente escrito, lo he disfrutado...recibe un fuerte abrazo. QDTB.

Juan Sin Nombre dijo...

Sencillamente genial. No hacen falta muchas palabras para escribir un gran cuento, pero sí hace falta tu estupendo criterio, querida Liliana, para darlo a conocer y compartirlo.
Mis felicitaciones a Salvador y un gran beso para vos.

Valentina Herrera dijo...

Acabo de descubrir tu blog, y me ha gustado lo que vi.
Muy bueno este relato. Enhorabuena al autor y a ti por publicarlo.

Abrazos desde Santiago, Chile.

Liliana G. dijo...

Querida Merche, tus palabras son entrañables y me consta que del mismo modo que me han llegado a mí, le han llegado a Salvador.

Muchísimas gracias.

Un beso enorme.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias a vos, Cinarizina, por tu cálida huella en este espacio, una huella que de tu mano, se hace perenne.

Besos y cariños.

Liliana G. dijo...

Cuando se tienen los libros de Salvador al alcance de la mano es muy fácil encontrar textos maravillosos, Juan, todos lo son, el gran dilema es cuál publicar primero, aunque siempre estaremos a tiempo de disfrutar de sus trabajos.

Muchas gracias, de todo corazón.

Besos.

Liliana G. dijo...

Bienvenida, Valentina, muchas gracias por tu presencia y tus palabras. Esta puerta queda siempre abierta.

Un fuerte abrazo.

Antonio Misas dijo...

Liliana,
Hasta el mismísimo Dios se habrá complacido de leer el cuento de Salvador Robles, pues el chico tuvo muy claro en todo momento quién era Dios, y aunque hizo dudar al profesor de religión hasta el último momento, por fin éste, aprendió quién es Dios, aunque tuviera que tirar del más original de los pecados capitales: la soberbia; característica fundamental de todo profesor de religión que se precie.
¡Fantástico cuento de Salvador Robles!
Gracias Liliana, besos

**Andrea** dijo...

Me encantó este cuento de Salvador, tiene tanta ternura como ingenio, pero no me extraña, todo lo que vi de él en este blog, me pareció excelente. Felicitaciones.
Gracias por compartirlo, Lili.

Besos.

Marcos dijo...

Una historia pequeña que se hace enorme a los ojos de quien la lee. La originalidad demuestra el talento del autor. ¡Muy bueno!
Gracias, querida amiga por hacernos partícipes de su lectura.

Todo mi cariño para vos, Lili, y mis felicitaciones para Salvador.

Liliana G. dijo...

Es verdad, Antonio, los verdaderos maestros son los chicos, a muchos adultos nos toca aprender de ellos, y el que no lo hace por soberbia, mal anda, porque además, es necio.

Coincido en que este cuento de Salvador es fantástico...

Gracias a vos, Antonio.

Besos.

Liliana G. dijo...

Compartir la buena literatura es esencial para poder sentirnos acompañados en las letras, es la única forma que conozco de aprender y comprenderla. Y si hablamos de un maestro como Salvador, el aprendizaje lo tenemos asegurado.

Muchas gracias, Andrea.

Un beso grande.

Liliana G. dijo...

Cualquier historia escrita con talento es enorme independientemente de su extensión. La grandeza la da el significado, el mensaje y los sentimientos, y para eso, no hay más que leer los textos de Salvador...

Mil gracias, Marcos.

Besos.

Anónimo dijo...

Querida Liliana, un hermoso cuento que disfrute al leerlo.
besitos para ti querida amiga, que Dios te bendiga.

Linus dijo...

¡Muy buen cuento! Enhorabuena al autor, se ha lucido con su originalidad y reflexión.
Mis saludos para él, y para ti, Liliana, un gran abrazo.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias, Noemí, me alegra sobremanera que hayas disfrutado el cuento de Salvador.

Un beso grande.

Liliana G. dijo...

Es verdad, Linus, se ha lucido, pero lo ha hecho como lo hace siempre, con su maravilloso estilo.

Gracias por tu huella en Cuentos...

Un beso.

Xanadú dijo...

He leído una treintena de relatos de Salvador y es excepcional. Leerle me provoca sentimientos, no me deja indiferente. Cada relato es para mí una pequeña obra de arte. Siento y percibo por sus trabajos, que es un gran ser humano.

Pocas personas son tan generosas como tú Liliana. No solamente nos regalas poesías y relatos, además, nos haces llegar de tu mano amiga, el trabajo de quienes admiras. Gracias, gracias, gracias.

Liliana G. dijo...

¡Hola Xanadú! Es un placer encontrarte.
Justamente esos sentimientos son los que generan los textos de Salva, tienen alma, por lo tanto se sienten. Y no te has equivocado, detrás de un excelente cuento, no puede haber más que una excelentísima persona.
Si te ha dado gusto leer esa treintena de cuentos, te animo a deleitarte con "Pequeñas palabras", el último libro de microrrelatos de Salvador, te darás una panzada de buena literatura, palabra.

Rendir este humilde homenaje a un gran amigo no es un mérito, Xanadú, sino ser consecuente con el significado de la palabra AMISTAD.

Muchísimas gracias por tanto cariño.

Un beso y un abrazo.

Madre Pepa dijo...

Hola, Xanadú. "Madrepepa" es uno de mis alias, el preferido. Gracias de todo corazón por tus emotivas palabras. Procuro mantenerme en la "sombra" cuando la gran Liliana me publica algún cuento. A veces, me limito a dar las gracias en general. En tu caso, voy a hacer una excepción, ya que, desde que coincidimos "literariamente" en Barcelona, deseaba contactar contigo.Intenté averiguar tu correo electrónico, pero me fue imposible. Te dejo aquí el mío, por si quieres comunicarte conmigo: sroblesmiras@hotmail.es