jueves, 3 de junio de 2010

LAS MÁSCARAS


La cena se enfriaba en la mesa, la noticia que había sacudido a los comensales, también les había quitado el apetito. La Bolsa caía por efecto de la crisis, y el respaldo económico de aquellos poderosos hombres, se tambaleaba sin remedio. El exquisito aroma de los manjares parecía una bofetada a esa dignidad de pacotilla.

¿Dónde había quedado el gesto de soberbia que hasta hace unas horas adornaban aquellos rostros? Parecía que en el plato de porcelana china con bordes de oro. Pero no, cada gesto moría dentro de cada hombre. Las máscaras nunca caen.

42 comentarios:

Charly T. dijo...

La soberbia que da el poder, obra como pegamento para que las máscaras no se caigan. Cuando los rostros se visten de hipocresía, no tienen ni el consuelo de un buen plato...

Como siempre, Lili, breve pero impactante.

Besos, amiga.

MPADN dijo...

Muy buen microrrelato, Liliana, y muy de actualidad. Los poderosos llevan una mascara de poder, orgullo y soberbia que nunca pierden, pase lo que pase.
Muy grato leerte, querida amiga.

Muchos besos y un abrazo.

MAJECARMU dijo...

Las máscaras siguen por costumbre..guardando y protegiendo torres internas,que caen,sueños vacíos, que se estrellan..Pero,esas máscaras acaban dañando el rostro del alma,que se axfisia en los adentros..Ellas mismas son su propia trampa...!
Mi felicitación por la síntesis contundente y real.Mi abrazo inmenso de letras cálidas y animosas.
M.Jesús

Antonia Maíllo Zamora (Antoñi) dijo...

El aparentar más letras que ser, cada cual guarda sus miserias en los forros de los bolsillos y así seguirán con su mascara de prepotencia, aunque sus pies sean de barro...

Lo que eres jamas te lo da la riqueza, lo que eres es eterno y es a lo que debes tener miedo de perder o mejor dicho que te impidan serlo....

Genial micro relato; Decir mucho en poco....
Besos

Anónimo dijo...

Sensacional. Me encanta este hiper relato.
La ironía vestida de una gran verdad.
Hay gestos que las máscaras, no cubren.

Rodolfo de Jesús Cuevas dijo...

Saludos, mi querida Lili:
Así es, amiga, se mantienen como "genios y figuras hasta la sepultura"; todavía muriendo se aferran al poder económico con las fuerzas de posesos; su tranquilidad, su paz y su dignidad radican en el dinero que tienen; su dios es el oro... Es penoso amiga, saber que existe esta calaña de seres humanos. No hay desperdicio en tu escrito, hermana.
Un dulce beso y un tierno abrazo.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

eSTUPENDO, QUÉ FORMA DE NARRAR, HIJA...

Mary dijo...

Si algun dia esas mascaras cayeran ni ellos mismos se reconocerian...cortito pero con mucho mensaje,como siempre GENIAL¡!

Un beso muy fuerte:)

Liliana G. dijo...

Además, Charly, llega un momento donde la hipocresía no tiene de donde sujetarse por más que las máscaras sigan en su lugar...

Gracias, amigo.

Un abrazo de oso, y feliz fin de semana.

Liliana G. dijo...

No perderán la máscara, Mari, pero creo que detrás de ella hay alguien en su interior, sigue insatisfecho con el mundo, es una lástima que no lo aprovechen :)

Muchas gracias, amorosa.

Un beso muy grande.

Liliana G. dijo...

Pienso exactamente lo mismo, María Jesús, detrás de esas máscaras seguramente hay rostros dañados y corazones infelices que tratan de justificarse a sí mismos.

Muchas gracias, una vez más por tu estupenda reflexión.

Un cariño inmenso, amiga, que tengas muy buen fin de semana :)

Liliana G. dijo...

En algún momento, el forro de sus bolsillos se romperá por el peso de las miserias, pues estos no pueden aguantar eternamente la carga de tanta hipocresía.

Es verdad, querida Antoñi, los sentimientos no se compran con dinero...

Gracias, amorosa.

Un beso gigante.

Duna dijo...

Liliana, quien se pone la máscara, ya es imposible que se la quite. Su problema es no se puede (o no quiere mostrarse como es).
Qué pena de estas personas.

Muchos beos amiga...y muchos cariños.

Liliana G. dijo...

Es cierto, Shiraz, las máscaras no cubren los gestos que nacen en el alma...

Bienvenido a este espacio, encantada con tu compañía :)

Besos

Liliana G. dijo...

Hola, querido Rodolfo. Es verdad, ni aún sabiendo que se mueren, dejan de lado las máscaras que han ostentado en su vida, como si ellas le sirvieran de algo en el otro mundo. En el fondo estas máscaras no esconden más que debilidad, y no se las quitan por vergüenza.

Muchas gracias, mi dulce amigo.

Un beso grande.

Liliana G. dijo...

Viniendo de una súper narradora como vos, querida Ma. Ángeles, el elogio se potencia :)

Gracias, amorosa. Buen finde.

Besos.

Liliana G. dijo...

Es verdad, Marita, seguro que tendrán las caras deformadas por el peso de las máscaras. Tal vez, debajo de ellas, haya algo peor de lo que nos muestran...

Gracias, reina. Que pases un fin de semana ¡Genial!

Besotes y abrazos :)

Liliana G. dijo...

Es verdad, Duna, en el fondo son pobres diablos que no pueden disfrutar de la vida porque han elegido disfrutar de las apariencias...

Gracias, amorosa.

Un beso gigante y un cariño igual de grande.

Juan Sin Nombre dijo...

Excelente micro, Lili, la feria de vanidades necesita de máscaras de oro. Lo triste es cuando las máscaras convierten el oro en hierro, lastimando los rostros que jamás volverán a ser los mismos.

Besos.

La abuela frescotona dijo...

TODOS LLEVAMOS MÁSCARA, ALGUNOS, NI SIQUIERA SABEN QUE LA TIENEN, NUNCA SE DESCUBRIERON A SI MISMOS. EN ESTE ESCRITO, LA MÁSCARA ES IMPRESCINDIBLE, ES EL FUTURO DEL NEGOCIO, DE LA FORTALEZA DE ESOS ROSTROS PARA SOSTENERLA, DEPENDE EL BIENESTAR DE CADA UNO.
DEJO UN SALUDO PARA TI, LILIANA G.

Juan Antonio ( Amaneceres mios) dijo...

Cuantas mascaras caen dia a dia con la cruda realidad que vivimos.El que pone el fundamento de su vida en la riqueza tiene un futuro aciago.Es el tiempo de la verdad , de la sinceridad y de la honestidad.Al final el bien triunfara.Besos grandes y felicidades a ti y a tu patria.

Mar dijo...

Esas personas siempre vivirán con la máscara puesta... Tiene que ser así, Liliana. Las máscaras sirven para protegerse, y ellos no pueden quitársela... porque todos son clónicos, y verían su interior reflejado en el exterior del otro, tan sucio como ellos mismos.

Mil besos y abrazos.

Magnífico escrito. Concreto. Sin fisuras. Buen fin de semana.

Manolo Jiménez dijo...

Los acumuladores de riqueza (que no saben disfrutar de ella) creo que cambiaron su rostro por una máscara para siempre.

Abrazos.

Marcos dijo...

Lo más sensato es dejarlos con sus ínfulas y sus máscaras, seguramente no compartirán nuestro mundo, sino el que se han fabricado ellos mismos...

Genial relato, Lili, "al pan, pan y al vino, vino".

Besos.

Liliana G. dijo...

Es cierto, Juan, no hay oro que cubra la vanidad por siempre, en algún momento se transformará, junto con el rostro que la sustenta...

Gracias, amigo.

Un beso.

Liliana G. dijo...

Tenés mucha razón, abue, "muchos ni siquiera saben que la llevan puesta", a tal punto que ya forma parte de ellos mismos y de sus iniquidades...

Muchas gracias, abue querida.

Besotes y buen finde :)

Liliana G. dijo...

Ojalá caigan, Juan Antonio, que llegue el tiempo de la honestidad para que podamos disfrutar de la vida con la cara limpia y una sonrisa en los labios...

¡Muchas gracias de parte mía y de mi patria!

Un cariñoso abrazo.

Liliana G. dijo...

Nada más cierto, Mar, yo creo que si se vieran reflejados en sus pares, se horrorizarían de lo que ven. Ya son prisioneros de sí mismos y de las circunstancias que crearon, y no creo que pueda haber vuelta atrás para ellos.

Gracias, amorosa.

Un besote grande y que tengas un excelente fin de semana :)

Liliana G. dijo...

Ni que lo digas Manolo. La cosa se les va a complicar cuando intenten ser tan humanos como el resto...

Gracias, amigo.

Un abrazo de oso.

Liliana G. dijo...

Mientras no interfieran en nuestro mundo, con el de ellos pueden hacer lo que quieran, Marcos, la cosa es que siempre "paga el pato", el más humilde...

Muchas gracias:)

Besos grandes.

apm dijo...

!Que buenooooo Lili!, me ha encantao, tremenda realidad y tremenda actualidad... quien se viste de máscara con máscara muere, es como el dicho: quien a hierro mata, a hierro muere, pues igual... no van a sentir ni padecer más goces y sombras que los suyos propios, las máscaras nunca caen.

Un besote, ya sabes, gordo y sonorísimo

PATSY dijo...

La soberbia es una máscara de hierro pero pintada de dorado, con el tiempo se oxida y corroe hasta los huesos, muy difícilmente alguien que la lleve puesta, pueda quitársela...

¡Genial, Lili! Súper relato!

Besoooooooos.

**Andrea** dijo...

Estupendo relato, Lili, ojalá aquellos que ostentan el poder desde la infamia y la corrupción, tuvieran tu honestidad y tu carisma.

Un beso inmenso.

JJ dijo...

Tienes mucha razón, las máscaras nunca caen, por otra parte, nunca debemos perder la esperanza
Un beso

Liliana G. dijo...

Claro que sí, apm, se les secarán los huesos tras las máscaras, pero además se les secará el alma, pues quien ambiciona demasiado, no tiene tiempo de disfrutar del sabor de la vida.

¡Muchas gracias, amorosa!

Besazos, gigantísimos :)

Liliana G. dijo...

Sííííí, Patri, justamente eso es lo que pienso :)
Es increíble que alguien pueda cambiar una vida tranquila y amorosa, por una donde la conciencia los corroa... ¿Pero, tendrán conciencia?

Gracias, querida amiga.

Besazos.

Liliana G. dijo...

¡Ops! Muchísimas gracias, Andrea :)
Sinceramente creo que así como yo jamás conoceré el poder y la ambición desmedida, estos hombres de máscara, jamás conocerán la honestidad...

Un besote grande.

Liliana G. dijo...

Claro, la esperanza nunca se pierde, Caminante, es la que mueve al mundo y nos evita caer en la desesperación, pero en cuanto a los que llevan una máscara, no albergo muchas... hay cosas que son difíciles de cambiar.

¡Muchas gracias!

Besos.

W. Padilla dijo...

Muy bueno en la síntesis y en el contenido. Vengo de visitar tu blog de poemas y encontré este otro afortunadamente.
Felicitaciones también por tus cuentos.

Abrazos.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias, W. Padilla, por tu visita. Bienvenid@ para cuando gustes pasar.

Cariños.

Antonio Misas dijo...

Nunca nada ni nadie tumba a un tío con poder y con dinero. Tienen la diabólica capacidad y la enferma voluntad de levantarse, por eso nunca hay que descuidar las apariencias. ¡Genial! esto es lo que me has sugerido tras las máscaras.

besos

Liliana G. dijo...

Estoy de acuerdo, siempre se las apañan para salir ilesos de todo, por eso mismo, para no descuidar las apariencias es que llevan sus máscaras de por vida.

Sí, eso mismo quise sugerir a través del relato.

Muchas gracias, Antonio.

Besos.