martes, 6 de julio de 2010

ÚLTIMO MINUTO

Prisionero de su esfera. El silencio interrumpido sólo por el tic tac monocorde de las horas que se escurrían sin remedio en un mundo que pasaba a su lado sin tocarlo, pero que lo atenazaba en su transcurso con las garras de lo efímero.

De improviso, la fatalidad le salió al paso cortándole las venas de su aliento e intentando desterrarlo para siempre de esa cárcel automática, acerada e indiferente, donde la eternidad es sólo el nombre de una utopía.

Agachó la cabeza, consciente de su minuto final. Pero la guadaña del tiempo, lejos de segar su vida, segó horas, minutos y segundos con un estoque postrero, y él, pudo por fin, liberarse del espectro sin rostro que esgrimía aquellas manecillas circundantes, que siguieron su camino perpetuo, sin saber que el ignoto prisionero finalmente había huido hacia los confines de la vida.

44 comentarios:

Juan Sin Nombre dijo...

El hombre es el eterno prisionero del tiempo, es verdad. Tu metáfora lo pone de manifiesto y aún se permite el lujo de soñar con una huída victoriosa.
Excelente relato, Liliana.

Un beso.

Kiki Nikon dijo...

Me encantó Lili, además de tener un argumento incuestionable, tiene poesía. ¡Divino!

-Besos-

Duna dijo...

El tiempo es el cruel guardián de todos nuestros actos y sentimientos.
Me ha gustado Liliana.
Muchos besos amiga.

Mar dijo...

... las horas que se escurrían sin remedio en un mundo que pasaba a su lado sin tocarlo...

¡Qué duro!. Intenso y ¿escalofriante? relato de ese último minuto.

Mil besos, Liliana.

Mary dijo...

sera verdad que somos conscientes de nuestro minuto final???,y es ahí en ese minuto donde vemos el valor de nuestras vidas???

no sé,creo que muy intenso para mí..GENIAL¡!

Un besazo Lili.:O)

Liliana G. dijo...

Siempre existe una salida, Juan, aunque no todos son capaces de encontrarla...

Muchas gracias, querido amigo.

Un beso.

Liliana G. dijo...

A veces no puedo sustraer una cosa de otra, Kiki, y algún cuento termina siendo una prosa poética :)

¡Gracias!

Muchos cariños.

Liliana G. dijo...

El tiempo, como bien se dice, es el peor de los tiranos, es cierto Duna...

Muchas gracias, amiga.

Besotes :)

Liliana G. dijo...

Es verdad, Mar, esta descripción es dura, pero es justamente en ese último minuto donde el hombre se puede liberar y huir.

Así al filo de la espada, vivimos diariamente...

Besos y cariños, amorosa.

Liliana G. dijo...

El valor de nuestras vidas, Mary, consiste en disfrutarla día a día, ese es el secreto.
En realidad, el minuto final es una metáfora, quise resaltar el momento culminante cuando el hombre ya no puede aguantar tanta presión del tiempo.

Muchas gracias, reina :)

Besotes y cariños.

Rosario Ruiz de Almodóvar Rivera dijo...

Me gustaría aprovechar todos los minutos de mi tiempo... pero...
¡Qué dificil!
De todas formas hay que dejar pasar momentos de contemplación para ¡Admirar!

Un abrazo fuerte amiga, desde mi librillo.

Rodolfo de Jesús Cuevas dijo...

Saludo, amiga y hermana Lili:
Yo, un mísero esclavo del tiempo, quisiera saber como poder liberarme de su implacable dictadura, mas se que es así como dices: "la eternidad es sólo el nombre de una utopía".
Al igual que el resto de los humanos, sólo me queda esperar que, el tiempo, decida sobre mí, pues ya lo dijo el poeta: "La vejez es la más dura de la dictaduras, la grave ceremonia de clausura de lo que fue la juventud alguna vez".
Como siempre, me quedo con el grato placer de leerte, amiga y hermana del Sur.
Mis mejores abrazos para ti.

Anónimo dijo...

Ser prisionero del tiempo, te hace enloquecer hasta la muerte.




Gracias.

creaciones un zapatito de cristal dijo...

en un minuto un mundo en un segundo todo lo que espero besitos gaviota

Liliana G. dijo...

Querida Rosario, admirando, es como mejor se aprovechan los minutos de nuestra vida, aprehendiendo la magnificencia de la vida :)

Muchas gracias.

Un beso muy grande.

Liliana G. dijo...

Hola querido Rodolfo. Creo que la única manera de derrocar a este tirano es "matándolo con la indiferencia", que siga pasando pero que a nosotros no nos interese salvo para cumplir con nuestras propias obligaciones.
Sabias palabras las del poeta que se ha ocupado de él tan magníficamente.

Muchísimas gracias, hermano, encantada de encontrarme siempre en tu compañía.

Besos y cariños.

Liliana G. dijo...

Casi, casi que sí... Olga, es mejor darle la importancia justa, ni más ni menos :)

Gracias amiga.
Ssaludos.

Liliana G. dijo...

Esa es la actitud, Gaviota, todo lo que esperamos de él, a nuestro servicio :)

Gracias, amorosa.

Besos.

**Andrea** dijo...

Tu relato tiene el suspenso que tiene la vida misma. Ese suspenso que nos mantiene en vilo a la espera del minuto final...
Excelente cuento, una metáfora de la realidad.

Besos, Lili, siempre es un gusto leer tus relatos.

esteban lob dijo...

Hola Liliana:

¡Acabo de botar mi reloj!


Cariños.

Charly T. dijo...

Eso de ser prisioneros del tiempo es nuestro mayor castigo, por lo menos, mientras lo pensemos como tal. Tu cuento deja abierta una instancia insoslayable: podemos huir...

Excelente, Lili, un cuento con profundidad y poesía.

Un beso.

Melody Paz dijo...

El tiempo ese cruel verdugo, que pasa y pasa, que nos roba minuto a minuto la vida. Pero que también, cuando es bien usado, nos ayuda a aprender, a crecer, a olvidar.
Excelente relato, maestra.
Besiiiitoooosss

Bárbara Himmel dijo...

Querida Liliana..grata sorpresa,que relato tan metafóricamente logrado,es tan tirano el tiempo,cuantas veces deseamos 48 horas para hacer lo que queremos y necesitamos...y sin embargo nunca,nos hes suficient,así como te dijo Esteban...he abandonado el uso del reloj hace ya casi veinte años...y nunca llegue tarde a ningún lado,es un mal necesario dirían algunos....pero solo un objeto que por convención sólo nos controla....saludos...desde argentina....y suerte el domingo.....Bárbara...

Liliana G. dijo...

Muchas veces, Andrea, realidad ficción se dan la mano enredándose en una trascendencia que nos supera...

Gracias, amiga.

Un cariño grande.

Liliana G. dijo...

Jajajaja Es lo mejor que pudiste hacer, Esteban... después de todo el cuento sirvió para algo.

Gracias por estar siempre :)

Un besote.

Liliana G. dijo...

Charly, siempre hay salidas, ninguna cárcel es inexpungable, ni siquiera la del tiempo, como bien lo dijiste, todo depende de cada uno y de su posición en la vida.

Muchas gracias.

Besos.

Liliana G. dijo...

¡Hola Melody! Así es, como siempre, todo es del color del cristal con que se lo mire, el tiempo puede ser un tirano, pero también un amigo...

Gracias, dulce.

Besotes.

Liliana G. dijo...

Bárbara, realmente sos una privilegiada (como Esteban)para haberte liberado del yugo de ese utensilio perverso que es el reloj y que ha creado el mismo hombre.
A veces las múltiples obligaciones nos obligan a ser esclavos, no del tiempo, sino del reloj.

Una aclaración amorosa, soy tan argentina como vos, pero de todos modos, este domingo tendré puesta la camiseta española con todo orgullo :)

Besotes desde Buenos Aires y muchas gracias.

//elojodelhuracan// dijo...

Muy bueno el cuento, Liliana, una prosa poética con estilo y profundidad. El final abierto mueve a varias interpretaciones.
Un lujo.
-Besos-

Antonio Misas dijo...

La vida al azar del tiempo ya no es vida o ¿es la vida?. Yo creí que no lo contaba alguna vez, en el mar, y sin embargo fueron algunas circunstancias las que pasaron por encima del último minuto. Pensando en la utopía de la eternidad, a veces me parece una fantasía que tengamos constancia de la muerte de los hombres que vivieron por ejemplo, mil años antes y hasta de su último minuto. El tiempo si que debe ser eterno, nosotros obviamente no, por eso hay gente que se inventa a los vampiros.
Yo vivía en el paro como dios, a penas me importaba el tiempo, ahora ando jodido con la agenda, las visitas, partiendo el día... pero me desvío por los cerros de Ubeda...
Un verdadero cuento de terror que incide en el misterio de la antesala de la muerte, el último minuto nos da y nos deja para reflexionar, para imaginar si nos rebelaremos o nos resignaremos. Al fin y al cabo, la vida es tiempo.

Muchos besos

creaciones un zapatito de cristal dijo...

el tiempo pasa pero podemos pararlo aunque solo sean unos segundos que se haran eternos besitos azulados gaviota

Marcos dijo...

"El prisionero finalmente había huido hacia los confines de la vida". Tu metáfora no puede ser más acertada. No hay cárceles inviolables, escapar es factible y también se puede hacerlo del tiempo, mientras este nos atormente de tal forma que nos coarte las libertades. Somos nosotros quienes debemos "administrarlo" y mantenerlo a raya, no al revés.

Como siempre, la reflexión campea en tus relatos, cosa que valoro mucho. Excelente.

Un beso, Lili.

J.M. Ojeda dijo...

¡Hola Liliana G.!
Tiempo, eso que aun no somos capaces de controlar por mucho que lo intentemos.
Eso que nos supera, sin piedad.
El tiempo, y su medida “inexacta”

Saludos de J.M. Ojeda

Liliana G. dijo...

Gracias, //elojodelhuracan//, todo final que promueve distintos pensamientos en distintos lectores, es un logro para mí. Lo bueno es saber qué opinión tiene quien lee...

Un beso.

Liliana G. dijo...

Es lo que yo digo Antonio, el que creemos el último minuto siempre es alcanzado por una circunstancia que hace que no lo sea. También coincido con vos en el hecho de que la eternidad es independiente del hombre, el tiempo en cierta forma es un lugar estático que nos ve pasar como centellas ante él. La utopía es nuestra y el querer alcanzarla nos hace vulnerables.
Cuando podemos revertir una situación, nos damos cuenta de que podemos revertir todas las demás, el tiempo no es una situación, por lo tanto es lo único que no podemos revertir, pero sí acompañar lo mejor que podamos.
Muy buena tu reflexión, Antonio, gracias por ella.

Un beso grande.

Liliana G. dijo...

Creo que sí, Gaviota, podemos detenerlo en un segundo, en un minuto, o en una hora que sean mágicos, y cuando recordemos esta circunstancia, lo volveremos a parar para disfrutarlo.

Gracias, amiga.

Besos.

Liliana G. dijo...

Es difícil pero se puede lograr, Marcos, es cuestión de organización y estrategia, todo un desafío que podemos poner en marcha cuando nosotros queramos...

Muchas gracias :)

Un fuerte abrazo.

Liliana G. dijo...

¡Hola José Manuel! Vuelvo a repetir, es difícil pero se puede, seguramente no detener el tiempo, pero estar de su lado sin dejarnos presionar por él. Bien dicen que cuando no puedes vencer a tu enemigo, únete a él. Esta podría ser una posibilidad.

Gracias, querido amigo.

Un beso grande.

FONTY dijo...

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LEONORCITA dijo...

El tiempo pasa inexorablemente, nos hace prisionero a su paso. Pero, es necesario liberarse de las ataduras, aprovechar lo que se nos da sintiendo en cada momento, valorando lo que pasa, elevandonos sobre las cosas banales y fijándonos solo en lo importante.
No agachemos la cabeza ante el paso del tiempo, LEVÁNTEMOSLA y observemos nuestro alrededor, sintamos lo que nos rodea, aprovechemos el tiempo junto a quienes nos aman y amamos. VIVAMOS CADA MOMENTO COMO SI FUESE EL ÚLTIMO, pero vivámoslo con alegría, sin temor al paso del tiempo, sin pensar que el tiempo es ganador en una batalla de sensaciones.
Besitos........Leonorcita

Liliana G. dijo...

Gracias, Fonty, lo tendré en cuenta.

Saludos.

Liliana G. dijo...

Bienvenida, Leonorcita, es un gusto encontrarte en este espacio.

Así es, estoy de acuerdo con tu comentario, es justamente lo que intento decir desde el cuento.

Gracias por estar :)

Besos.

apm dijo...

!Ay que chulo!, así es, siempre esclavizados por el tiempo, siempre vencidos por las manecillas del reloj, siempre tras él... que bien que, de cuando en cuando, alejemos la guadaña de la muerte del tiempo, y nos liberemos de su esclavitud.
Me ha encantao Lili !que chulo!

Un besote enormísimooooooooooooooo y kilométricooooooooo

Liliana G. dijo...

El tiempo... el tiempo... siempre corriéndonos y siempre alcanzándonos.

¡Gracias, apm! Sos un sol, querida amiga.

Besotes inmensos, bien gordotes :)