lunes, 7 de abril de 2014

COSAS DE REFRANES

“Contigo pan y cebolla”,  fue lo que siempre había escuchado, y como una patética Cenicienta, lo creyó sin concesiones.
Cuando Walter le propuso ir a vivir juntos, no vaciló, ya se arreglarían. ¡Qué ilusa! Luego de un año de minimizar gastos, calcular costos, pedir préstamos, dejar de pagar la cuota del lavarropas y del seguro del auto, y además, perder su propio trabajo, se daba cuenta de que así no podían vivir. Esperaría a que llegara para decírselo.
Esa noche Walter apareció con un ramo de rosas y una botella de champán. El pan y la cebolla se habían convertido en caviar.

26 comentarios:

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Liliana:

El pan y la cebolla siguen vigentes, el amor también es sacrificio mutuo.

Abrazos.

Esteban dijo...

Pues me alegro y aplaudo por el final feliz y el cambio para mejor. Menos mal, porque hay demasiados casos en los que los cambios son a peor, a modo de masiva recreación de la historia de Job.
Gracias por la esperanza y el optimismo, Liliana.
Un fuerte abrazo.

Kiki Nikon dijo...

Hoy en día los jóvenes no se contentan con pan y cebolla, ya sé que las cosas han cambiado, pero lo material tampoco es seguro. Preferible ser feliz y humilde, que rico y desgraciado :))

Me encantó, Lili, simple y real.
Un cariño.

princesa_ dijo...

Da que pensar, y mucho que meditar. El pan y la cebolla no consiguen que todo vaya bien, simplemente es una antigua frase que parecía iba a tener final feliz.
Pero el cambio a rosas y cava tampoco termino de entenderlo mas que como una ventana a la esperanza ya que si tan asfixiados y mal vivían un derroche de ese tipo poco va a alimentar.
Pensaré en ello, aunque no se me hace demasiado real.
Un fuerte abrazo, tesoro.

Alís dijo...

Cierto que no podemos vivir del aire, pero vale la pena esforzarse por alguien que está dispuesto a estar con nosotros en las buenas y en las malas.
Walter resultó ser mejor de lo que me temía al leer el relato. Ambos se merecen el tiempo de caviar.

Buen relato, me alegra volver a leerte.

Un abrazo

MariCarmenblogs.com dijo...

El que marrones quiere, aguanta tirones!
El que con dicha muere, la muerte le sabe a gloria...
El amor lo hace toda más llevadero, querida Liliana.

Un fuerte abrazo, me ha gustado mucho leerte,
besos!

Liliana G. dijo...

Ese es el motivo del cuento, Rafael, si amamos solamente cuando los bolsillos están llenos, no sé si llamarlo amor o interés.

Gracias, querido amigo.

Besos.

Liliana G. dijo...

El optimismo y la esperanza son para mí el faro que alumbra mis escritos (salvo que sea un cuento de terror, jajajaja), trato siempre dar al relato un final feliz, yo sé que existen.

Otro abrazo para vos, Esteban.

Liliana G. dijo...

Nada más cierto, Kiki, lo ideal sería encontrarle el punto justo, el equilibrio adecuado, pero es tan difícil...

Gracias y pilas de cariños.

Liliana G. dijo...

¡Hola querida Princesa! Si el cuento te da qué pensar, he cumplido mi objetivo, esa es una de mis metas.
Respecto del cuento en sí, nada nos da la felicidad completa, menos el dinero, seguramente nos dará gratos momentos, pero con él no podemos comprar el amor verdadero.
No es real porque es un cuento Prince querida :)
Pero sí, da en pensar qué pasó. El hombre tal vez consiguió ese día un ascenso en su trabajo, o ganó la lotería, o más simple todavía, se dio cuenta, casi en el límite que podía salvar su vida amorosa con una atención sorpresa. El amor todo lo vale, la decisión apresurada de ella estaba a punto de poner fin a la pareja...

Gracias, querida amiga por tus dudas, me encantan porque me hace crecer.

Besos y cariños.

Liliana G. dijo...

Ese es el punto, Alís, todos nos merecemos esas luces y esas sombras que nos regala la vida.
Menos mal que Walter, pensó dos veces antes de dejar escapar la oportunidad de salvar su pareja, ambos deben tirar del mismo carro aunque alguno afloje un poco.

¡Gracias, Alís!

Besotes.

Liliana G. dijo...

¡Hola, MariCarmen! Es un gusto encontrarte siempre. No conocía los dos primeros refranes, ahora sé un poquitín más :)
Así es, de la mano del amor se pueden llevar a cabo los mejores logros.

¡Mil gracias!

Más besos y abrazos para vos.

Charly T. dijo...

Cada vez menos las parejas eceptan vivir "a pan y cebolla", es más fácil cuando las cosas van bien que cuando se sufren carencias. Seguro que la pareja del cuento se dio cuenta sobre la importancia de salvar la relación: ¿separados hubieran estado mejor económicamente? Creo que no, Sólo si cada uno se fuera a vivir a casa de los padres.
Si se asume una relación, también hay que asumir responsabilidades.
Princesa tiene razón, este cuento es para pensar.

Gracias, Maestra, por tu lección de hoy, me gusta el relato.

Cariños.

Rosario Robredo dijo...

Con amor todo se supera.
Hermoso relato Liliana.

Un beso grande

Linus dijo...

Nadie sabe las vueltas que puede tener la vida de pareja, no es agradable pasar tantas limitaciones, pero el destino o el azar a veces se encarga de poner cada cosa en su lugar. Una vez más el optimismo campea sobre tus escritos, este es un mérito para resaltar.
Muy bueno, todo texto para pensar lo es.

Besos

Liliana G. dijo...

Gracias a vos, Charly, todos tienen razón, cada uno piensa una situación diferente y eso me congratula porque el texto tiene un autor pero unos cuantos lectores.

Un cariño grande, amigo.

Liliana G. dijo...

Opino lo mismo Charo, por suerte es así, es más fácil superar los malos momentos de a dos que en soledad.

¡¡Muchas gracias!!

Liliana G. dijo...

Si no fuera a optimista, el texto sería de otro autor. Creo que todos merecemos otra oportunidad.

¡Gracias, Linus!

Un fuerte abrazo.

Antonio Misas dijo...

Nadie como tú para con un detalle dar la vuelta a un cuento, MAESTRA. Maravilloso, Liliana, como siempre.

Muchos besos y abrazos

Rodolfo de Jesús Cuevas dijo...

Mis saludos, apreciada amiga Liliana:
Perdón, amiga hermana, por el largo tiempo que espero por respuesta tu bello comentario.
Acerca de tu relato, te diré --aunque creo que me repito-- que es una sublime belleza... por mi parte, siempre he creído que el amor es sacrificio mutuo. Me fascinó mucho tu micro, querida Lili.
Gracias, apreciada amiga, por dedicarme parte de tu siempe valioso tiempo. Anhelo, mucha salud y bendiciones para ti. Te aprecio mucho.

PEPE LASALA dijo...

No me esperaba el final Liliana, eso es mirar hacia delante. Me ha encantado ese giro. Espero que hayas tenido una buena Semana Santa. Yo ya estoy de vuelta, y he puesto unas fotos en el blog por si te apetece verlas. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias, Antonio, es un placer encontrarte aquí de la mano de tan halagüeñas palabras.

Un beso grande, querido amigo.

Liliana G. dijo...

No hay por qué disculparse, querido Rodolfo, si hubiera sido menester hacerlo, yo tendría que ser la primera :)
Vamos y venimos entre blogs cómo y cuándo podemos, no hay falta en ello, lo importante es que no nos perdamos la amistad que logramos.

¡Muchas gracias, querido hermano!

Besos y abrazos.

Liliana G. dijo...

¡Hola Pepe! Aunque por estos lares la Pascua no es tan majestuosa en sus manifestaciones como en España, también la he pasado bien rodeada de mi familia.
Muchas gracias por hacerme saber que el cuento es de tu agrado.

Un fuerte abrazo.

Alberto Hugo Rojas dijo...

PUES SI... UNA SABIA FRASE... ROMANTICA Y CON SABOR. CONTIGO PAN Y CEBOLLA

Liliana G. dijo...

Un clásico, Alberto, aunque creo que muy pocos se conformaría con acatar el viejo refrán :)

¡Gracias!