Aunque
le pareciera increíble, el personaje asesino se negaba a cederle la palabra a
su futura víctima, insistía en que estaba todo dicho. Como nada pudo hacer el
autor para disuadirlo, decidió apagar el ordenador y dejar que se arreglaran
entre ellos. A la mañana siguiente, ni bien entró al borrador de la novela, el
autor, inspirado, se puso a teclear velozmente. Cuando minutos después repasó
lo escrito se percató de que el asesino yacía sobre el suelo con un puñal en el
pecho. Mientras tanto, la víctima original, devenida en asesina, alegaba
defensa propia.
Cuento Metaliterario Hiperbreve, finalista del
Concurso Internacional de Microficción “Garzón
Céspedes” 2012
29 comentarios:
Magnifico
Abrazo
Gracias, Lapislazuli :)
Abrazos.
No cabe duda, fue en defensa propia... ¡Bravo!
Un abrazo.
Sí, a veces los personajes se nos retoban, jajajaja
Gracias, Rafael.
Un abrazo grande.
Pero qué bien tramado. Hay que ver la mente como se las arregla sola y monta sus propios recovecos.
Es fantástico, Lili.
Súper ingenioso, un ardid de los personajes que jaquea al autor :)
Me encantó. Un fuerte abrazo.
La mente, más específicamente, la creación, es un misterio que por fortuna no podremos develar, por eso nosotros, los que escribimos nos dejamos llevar por la trama que se presenta de sopetón. ¿Verdad que es así?
Gracias, querida Tecla, siempre es una fiesta encontrarte en este rinconcito y más todavía visitar el tuyo.
Besazos.
Es verdad ZEDIECK, pero sólo cuando el autor se deja porque considera que va por el camino acertado.
¡Muchas gracias!
Cariños.
Jajajaja, ojalá sucediera así en muchas ocasiones, Liliana.
Salu2 y cariños.
Hacía bastante que visitaba este blog y me encontraba sin nuevas publicaciones, ahora, luego de pasar por Bitácora, me atrevo a deleitarme con tu cuento, ingenioso a más no poder.
¡Felicitaciones, Lili!
Un beso.
Te quedó genial y sorprendente.
Abrazos
Estupendo desde todo punto de vista, incita al lector a reacomodar sus parámetros habituales para interpretar el texto que va dede lo obvio hasta lo sorprendente.
Felicitaciones, Liliana, siempre con un as bajo la manga.
Un fuerte abrazo.
Legítima defensa. Y legítima vida propia que toman los personajes. Un misterio, como bien dices, pero no por ello menos real. Magnífico, Liliana.
Un fuerte abrazo, amiga.
El ingenio lleva tu nombre, Liliana, la sorpresa también cuando de escribir se trata. Un final inesperado en un excelente cuento.
Un abrazo apretado, amiga querida.
Alguna vez "que ganen los buenos", algo cada día más difícil en la vida real.
(Extraordinaria síntesis).
Cariños.
Es verdad, Diego :) Pero también es verdad que cuando escribimos, los personajes se las ingenian para tomar el camino que quieren, jajajja
Gracias porteñas y heladas en este invierno.
Abrazos.
Muchas gracias, Carlos, quién mejor que vos conoce lo intrépidos que pueden ser nuestros personajes...
Un cariño y abrazos, querido amigo.
Cuánto me alegra que así te parezca, Julia. Muchísimas gracias por hacérmelo saber, es algo que disfruto de corazón.
Abrazos.
Vaya crítica literaria, ZEDIECK, súper lograda, comprendiendo mi punto que no es final, sino seguido...
Muchas gracias.
Un gran abrazo.
Es verdad, Esteban, los personajes, a pesar de haber sido creados por su autor, suelen tener vida propia y tomar sus propias decisiones. Menos mal que siguen quedándose entre los renglones :)
¡Gracias, amigo!
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, Juan, ya me han convencido que el final fue apropiado, la sorpresa es un ingrediente infaltable en un relato, aunque sea corto.
Besos.
Sí, que ganen los buenos, por favor... no sólo es hora sino que es imperioso.
Muchas gracias, estimadísimo Esteban Lob.
Un abrazo enorme y feliz receso :)
Me encanta el formato porque el autor es parte del cuento. Una genialidad como siempre.
Besos
Algunas veces el camino es ese...
Gracias.
Un Abrazo.
Excelente composición, el broche final es el sorpresivo remate.
Besos.
The work will only succeed if those responsible are not easily discouraged
algo corto
intenso
con un final solo tuyo
de tus letras
magnifico
¡jajajajaja muuuuuy bueno!
Besos, Liliana
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